Vitoria. Las comparecencias ante su parroquia se habían convertido durante la primera vuelta liguera en el quebradero de cabeza para un Alavés incapaz de igualar ante su afición los maravillosos resultados conseguidos a domicilio. A contracorriente viajaba un conjunto albiazul empeñado en perder en casa lo que ganaba fuera, muy al contrario de lo que le sucede a la mayoría de equipos dedicados a cualquier tipo de deporte, que siempre obtienen mayores réditos como locales. Pudo el sábado el conjunto de Álvarez Tomé reconciliarse con una afición que ya ansiaba ver la mejor cara de un bloque acostumbrado a rendir mejor fuera que en casa.

La victoria contra Osasuna B, la quinta en Mendizorroza, le sirve al Alavés para reencontrarse con el triunfo como local después de dos meses sin conseguir los tres puntos ante su afición. Desde el derbi contra el Bilbao Athletic, el pasado 13 de noviembre, los de Álvarez Tomé no eran capaces de regalarle los tres puntos a unos seguidores que han visto con cuentagotas la mejor versión del Glorioso.

Este triunfo en casa en el arranque de la segunda vuelta, y ante un rival de entidad como Osasuna B que llevaba once partidos sin conocer la derrota, sirve para abrir las puertas de la esperanza de cara a una segunda vuelta en la que los partidos en Mendizorroza cobrarán una especial relevancia.

Hasta la fecha, la buena trayectoria alavesista se ha fundamentado en unos excelentes resultados a domicilio. Veinticinco puntos de treinta y tres posibles ha conseguido el cuadro albiazul cuando se ha montado al autobús, bagaje empañado por una primera vuelta errática en casa, donde solo se pudieron sumar dieciséis puntos de veintisiete posibles (cuatro victorias, cuatro empates y una derrota).

Y es que en esta segunda vuelta gran parte del destino alavesista pasa por los partidos en el estadio del Paseo de Cervantes. Diez de sus compromisos de esta segunda vuelta -nueve tras el disputado el sábado- han de celebrarse en Vitoria, así que aumentar el porcentaje de puntos ganados en casa es clave, más aún teniendo en cuanta que rivales directos como Eibar o Real Unión todavía tienen que rendir visita al actual líder del grupo.

De momento, se pone fin a esta particular psicosis a la que se había referido Álvarez Tomé a la hora de explicar los problemas de su equipo para ganar en casa, pero se trata de un examen que sigue su curso y que habrá que aprobar de nuevo en futuras comparecencias.