Mieres. Cuando el siglo XIX tocaba a su fin un descubridor del calibre de Thomas Alva Edison pudo poner en práctica el funcionamiento de la iluminación eléctrica. Después de sesudos estudios, el inventor estadounidense llegó a su fin a través del perfeccionamiento de la lámpara de vacío con filamento de incandescencia. La bombilla hizo la luz en la oscuridad y lámparas incandescentes, en pleno siglo XXI, fueron los goles que ayer guiaron la senda de la victoria de un Deportivo Alavés reencarnado en Edison para construir su propias bombillas y dejar a un lado su oscuridad futbolística -acompañada ayer de un apagón de luz de verdad que retrasó el inicio de la segunda parte- para seguir viviendo de sus cegadores destellos, celebrados con la sinfonía del gol. No enamora El Glorioso en sus últimos compromisos, pero su efectividad sigue siendo su mejor arma y se aposenta ahora en un liderato adornado con luces de neón.
Hubo de sufrir como acostumbra el cuadro vitoriano para sellar su octava victoria a domicilio en el arranque de la segunda vuelta. La preocupación en el aspecto defensivo se extiende durante una semana más. De nuevo de un tiro a puerta en contra en todo el partido, esta vez en el minuto 2, y de nuevo un gol en contra. La efectividad de los rivales, del cien por cien las dos últimas jornadas, resulta alarmante y obliga a un esfuerzo de envergadura a un equipo que futbolísticamente no atraviesa por su mejor momento de la temporada.
Entre Pevida y Camochu tejieron una jugada que concluyó en gol del segundo y que incrementó la dificultad de un partido que se ponía cuesta arriba sin apenas haber comenzado. Sacó el Alavés a relucir sus problemas cuando tiene que conducir el balón y su único recurso durante muchos minutos fue poner el esférico en la cabeza de un Geni que se cansó de tocar balones con la testa sin apenas encontrar el apoyo de sus compañeros.
Eso sí, a pesar de su fútbol ramplón, el cuadro vitoriano ha demostrado ya en varias ocasiones esta temporada su capacidad para transformarse en Edison y hacer la luz en medio de la oscuridad. Fue de nuevo a balón parado como los pupilos de Miguel Ángel Álvarez Tomé, genial estratega, sacaron partido a sus horas de trabajo en el laboratorio de Ibaia. De un saque de banda de Iván Malón cabeceado hacia atrás por Salcedo llegó el empate. En la prolongación se encontraba Esparza para convertir el pase en asistencia, para dar el primer fogonazo y poner un poco de claridad con su habitual serenidad en la ejecución.
decisivo óscar martínez Tras el gol, en el minuto 32, llegaron los mejores momentos para un Alavés que se volcó ante un Caudal que se había exprimido físicamente y que lo estaba pagando. De nuevo Esparza tuvo la oportunidad de marcar, pero en esta ocasión el navarro no tuvo su clarividencia habitual y perdió el cuadro vitoriano la oportunidad de remontar antes de un descanso en el que se fue la luz del terreno de juego y también de las mentes de los futbolistas.
Con veinte minutos de retraso arrancó una segunda parte en la que el Alavés volvió a mostrar su precariedad para cimentar un juego controlado con el balón en los pies y al que solo sirvieron para generar peligro las jugadas a balón parado, fuente de peligro ya bastante habitual.
Volvió a tocar Álvarez Tomé a rebato con las entradas de Indiano, Rico y Óscar Martínez y fue el gallego el encargado de diseñar un nuevo fogonazo que ilumina su gris estancia en el Alavés. No había acompañado la fortuna hasta la fecha a un Óscar Martínez que en Mieres hizo gala de toda su clase para conectar un zurdazo descomunal al segundo palo en el minuto 87. Un chispazo de clase, fuegos artificiales en medio de un desierto futbolístico. Otros tres puntos agónicos y un liderato reluciente.
Goles: 1-0, minuto 2: Camochu. Balón perdido por el Alavés que aprovecha Pevida para internarse por la banda izquierda y poner un centro preciso al segundo palo para la llegada de Camochu, que marca a placer. 1-1, minuto 32: Esparza. Saque de banda de Iván Malón que prolonga de cabeza hacia atrás Salcedo para la llegada de Esparza, que marca con un disparo rasou quinto gol de la temporada. 1-2, minuto 87: Óscar Martínez. El delantero gallego recoge en el segundo palo un balón rechazado de una falta, se interna desde la derecha hacia al centro y saca un gran zurdazo que sorprende a Segura.
Tarjetas: Iglesias Villanueva (colegio gallego). Amonestó a Espolita (minuto 10), Óscar Rico (minuto 77), Igor Cuesta (minuto 82), Aitor (minuto 87), Morcillo (minuto 90) y Jon Moya (minuto 93).