Vitoria. La oficialización de que el encuentro correspondiente a la decimonovena jornada liguera en Segunda División B que tiene que enfrentar al Deportivo Alavés y al Zamora en tierras castellanas se va a disputar el próximo 2 de enero no ha sentado nada bien en el seno del vestuario alavesista. El propósito de los jugadores albiazules, compartido con la mayoría de futbolistas que militan en las competiciones profesionales (Primera, Segunda y Segunda División B) era adelantar dicho compromiso al miércoles 22 de diciembre para así poder disfrutar de un periodo vacacional que integrase las festividades de Nochebuena-Navidad y Nochevieja-Año Nuevo. Tras múltiples llamadas y un acuerdo alcanzado entre ambas plantillas, los responsables del club zamorano han decidido desestimar la petición de adelantamiento solicitada por el Alavés y han optado por mantener la fecha del 2 de enero para la disputa de dicho partido. Se trata de una decisión firme, pero podría verse sometida a alteraciones porque el convenio de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) recoge que no se pueden disputar compromisos de carácter oficial antes del 3 de enero. Incluso, en fechas recientes la AFE amenazó con una huelga para dicha fecha que queda pendiente de una reunión con la Liga de Fútbol Profesional (LFP) el próximo 16 de diciembre para tratar asuntos económicos y que, como suele ser costumbre en este tipo de convocatorias, lleva camino de quedarse en agua de borrajas.
El vestuario albiazul se puso rápidamente en movimiento cuando tuvo conocimiento de que otros equipos estaban moviéndose para adelantar al 22 de diciembre sus compromisos correspondientes al 2 de enero. Las llamadas a los jugadores del Zamora se sucedieron para intentar alcanzar un acuerdo beneficioso para las dos partes, que disfrutarían así de unas vacaciones más largas y pasarían los días señalados con sus familias al terminar la competición el 22 de diciembre y no tener que afrontar un nuevo compromiso oficial hasta el 9 de enero.
En el seno del vestuario alavesistas, el propio Miguel Ángel Álvarez Tomé dio su visto bueno a este adelantamiento. La idea del técnico leonés era dar vacaciones a sus futbolistas desde el 23 de diciembre hasta el 3 de enero. Los contactos con el entrenador del Zamora, Íñigo Liceranzu, también resultaron satisfactorios y el cuerpo técnico y la plantilla del conjunto castellano dieron su visto bueno a la modificación de la fecha de este partido.
negativa de la directiva Por desgracia para los implicados, la directiva del Zamora no tiene la misma percepción que los miembros del entramado deportivo. Los rectores del club castellano han decidido declarar como medio día del club el compromiso contra el Alavés -en vistas, sobre todo, del posible desplazamiento de muchos seguidores albiazules- y consideran que la disputa de dicho compromiso el 22 de diciembre les impediría conseguir una buena recaudación económica con la visita de un oponente que arrastra muchos seguidores.
Amparada en el convenio de la AFE, la plantilla alavesista podría negarse a jugar en Zamora el día 2 de enero, una decisión que el vestuario ha descartado por completo para no dañar al club. Así, la única posibilidad de una variación en la fecha definitiva de este partido queda pendiente de la reunión que el próximo 16 de diciembre mantendrán la AFE y la LFP.