el Deportivo Alavés vio truncada en Eibar su racha de cuatro victorias consecutivas, el mejor registro en lo que va de temporada, y lo hizo en el partido que más mereció ganar. Únicamente su falta de acierto a la hora de apuntillar a un rival herido de muerte y una concatenación de inexplicables errores arbitrales, y no es la primera vez que la justicia es ciega esta temporada, dejaron al cuadro vitoriano con la miel en los labios y sin el liderato que hasta ahora ostentaba en el bolsillo. Esa posición de privilegio vuelve a ser propiedad del Eibar, mientras que el cuadro albiazul se lame sus heridas y se lamenta de la oportunidad que ha dejado escapar para confirmarse como el equipo más fuerte del Grupo II y comenzar a marcar unas diferencias abismales con respecto a unos rivales que, como demostró ayer también el Mirandés con su derrota, comienzan a flaquear.

El último mes de competición no había podido ser mejor para las huestes alavesistas. Con cuatro victorias consecutivas, las conseguidas ante Oviedo, Peña Sport, Bilbao Athletic y La Muela, el cuadro vitoriano alejaba los fantasmas de sus dos primeras derrotas ligueras, las cosechadas ante Mirandés y Sporting B. Doce puntos de doce posibles que situaron a los pupilos de Miguel Ángel Álvarez Tomé en la mejor posición posible para afrontar el deseado derbi contra un Eibar que se transformó en verdugo para poner punto final a la excelsa racha albiazul y, de paso, recuperar el liderato que el propio conjunto vitoriano le había arrebatado hace apenas siete días.

Pese a la derrota, la tercera de la temporada y la segunda a domicilio, las cifras que presenta el Alavés en esta primera vuelta siguen siendo espectaculares. El cuadro vitoriano tiene en su casillero treinta puntos cuando aún quedan cuatro partidos por jugarse (Lemona, Guijuelo, Cultural Leonesa y Zamora), así que el objetivo no es otro que acercarse lo máximo posible a los cuarenta para después poder asumir los tropiezos que puedan llegar en el segundo tramo del curso y también poder pelear por el liderato.