Eibar. Había protagonizado el Deportivo Alavés a lo largo de esta temporada varios partidos de un elevado nivel futbolístico, pero nunca había llegado a acercarse al grado de intensidad, dominio y perfección que el cuadro vitoriano desplegó durante los primeros veinticinco minutos de la segunda parte en Ipurua. Un equipo devastador, tremebundo desde el apartado físico, que destrozó a un rival que apenas fue capaz de sobrevivir entre estertores. La portentosa exhibición del cuadro de Miguel Ángel Álvarez Tomé, que durante esos veinticinco minutos hizo parecer al poderoso Eibar un conjunto de infantiles, no tuvo el premio deseado y merecido de la victoria. Faltó el acierto en el remate y, desgraciadamente, volvieron a aparecer los errores arbitrales en contra. Y no en una ocasión, ya que fueron varias las equivocaciones que el asturiano Moro Sánchez y sus asistentes perpetraron para que el Eibar acabase aprovechando su ocasión de retornar al liderato. El Glorioso, pese a la derrota, mostró garantías de éxito incluso en una derrota que no volverá a repetirse muchas veces si el equipo es capaz de repetir de nuevo esa sinfonía de esfuerzo y juego colectivo para ser otra vez la apisonadora que demostró en el feudo armero.

Tardó el Alavés media hora en darse cuenta de que el partido se estaba disputando en un campo como el de Ipurua, en el que cada error se paga caro y en el que cada minuto supone un gran esfuerzo, y lo aprovechó el Eibar para sacar partido a esa laxitud con la que el cuadro vitoriano arrancó el partido. Así, tras errar Geni una clara ocasión, el conjunto azulgrana no perdonó un fallo colectivo de una zaga albiazul que siguió con la mirada el contraataque de Manu Lanza y su preciso y precioso remate cruzado imparable para Montero. En el minuto once de juego, El Glorioso se veía obligado a despertarse a golpe de bofetón.

Recompuso Álvarez Tomé el 4-4-2 con el que arrancó el partido para dar paso a un 4-3-3 en el que Casares se convirtió en baza fundamental por la banda izquierda. A través del gaditano se comenzó a gestar la resurrección del juego albiazul y en sus botas estuvo el empate tras haber errado con anterioridad el Eibar, con un Lago Junior insistente, un par de buenas ocasiones.

casta y pundonor En esos últimos quince minutos de la primera parte volvió a aparecer el Alavés racial e impetuoso que tantas alegrías ha propiciado a lo largo de esta temporada. De esa sinergia positiva se aprovechó el equipo en el arranque de la segunda mitad para poner cerco de manera inmediata a la portería de un Irureta que no contó con la colaboración de su defensa para desbaratar el empate de Igor Cuesta al aprovechar el vizcaíno el rechace del guardameta tras haber salvado una falta directa de Salcedo.

Un Glorioso a machamartillo, con la directa engranada y a toda velocidad por la carretera secundaria que es el sucedáneo de césped de Ipurua, aplastó con su intensidad, su pelea, su garra y su lucha a un Eibar que no veía ni de dónde le llegaba la lluvia de golpes que recibía en oleadas.

Fueron veinticinco minutos de una trepidante exhibición futbolística. Tiempo más que suficiente para reducir a escombros a un Eibar al que solo la falta de acierto alavesista mantuvo con vida cuando llegó en el minuto 70 un carrusel de cambios (salidas de Casares, Salcedo y Moya) que volvió a equilibrar las fuerzas.

Se sumó el Eibar al toma y daca en busca de un gol que valía un liderato y acabó encontrando el mismo con la connivencia de un colegiado tan miope como para no ver un penalti sobre Jito desde apenas dos metros de distancia y para premiar al cuadro armero con posterioridad con un saque de esquina inexistente que solo él vio para volver a ejercer de ciego y no señalar el fuera de juego de Cascón, autor de un gol definitivo que tumbaba a un Alavés quebrado tras su imperial exhibición.

Goles: 0-1, minuto 11: Manu Lanza. Recuperación del Eibar en el centro del campo para sacar un contraataque por la banda izquierda que culmina Manu Lanza con total tranquilidad con un remate elevado y cruzado al segundo palo. 1-1, minuto 48: Igor Cuesta. Irureta rechaza una falta directa de Salcedo e Igor Cuesta se adelanta a toda la defensa para marcar a placer. 2-1, minuto 88: Cascón. El delantero eibarrés, en claro fuera de juego, aprovecha el pase de un compañero para empujar el balón casi sobre le línea de gol.

Tarjetas: Moro Sánchez (colegio asturiano). Amonestó a Salcedo (minuto 35), Casares (minuto 39), Albistegi (minuto 47), Morcillo (minuto 69), Cascón (minuto 78), Montero (minuto 88), Cascón (minuto 88), Esparza (minuto 89), Jules Pardo (minuto 92) y Carlos Rubén (minuto 93).