Vitoria. El Deportivo Alavés afronta una semana un tanto especial al tener que afrontar por primera vez en lo que va de temporada un partido que se disputará sobre hierba artificial y no sobre el habitual césped natural. El campo del La Muela, el estadio Clemente Padilla, es uno de los pocos de este Grupo II de la Segunda División B que cuentan con superficie sintética y, por ello, la plantilla llevará a cabo durante estos días un trabajo específico de adaptación a dicho elemento, que cuenta con unas características propias que lo hacen bastante diferente a la hierba natural.
La intensa sesión de trabajo matinal de ayer en Ibaia, que se extendió a lo largo de casi tres horas, les sirvió a los jugadores para comenzar a adaptarse a la hierba artificial. El terreno de juego situado junto al parking de la ciudad deportiva José Luis Compañón será a lo largo de esta semana el escenario de trabajo que se utilizará para tratar de simular con la mayor veracidad posible lo que los jugadores se van a encontrar el próximo domingo en La Muela. El terreno de juego del cuadro maño es muy similar al de Ibaia, ya que se trata de una superficie sintética de primera generación en la que el bote del balón es muy particular y bastante diferente al del césped natural. Además de este inconveniente, el Alavés también tendrá que saber manejarse con el habitual fuerte viento que suele hacer acto en la localidad zaragozana.
Además de la hierba artificial y la posible aparición del viento, otra de las particularidades del estadio Clemente Padilla son sus reducidas dimensiones. No es la primera vez que el cuadro vitoriano tiene que jugar en un campo relativamente pequeño, pero en la sesión de ayer Álvarez Tomé se mostró especialmente insistente en este aspecto para que sus pupilos permanezcan concentrados a lo largo de los noventa minutos y eviten cualquier tipo de descuido. Además, el preparador leonés centró buena parte de su trabajo en la preparación de los saques de banda, un arma ofensiva que ha dado unos réditos muy positivos al equipo a lo largo de la temporada.
En cuanto a la configuración del equipo, en la sesión de trabajo de ayer se pudo intuir que Álvarez Tomé no va a realizar demasiadas variaciones con respecto al once titular que dispuso el pasado sábado en el compromiso contra el Bilbao Athletic. La única novedad posible es la entrada de Joaquín Calderón en la banda izquierda en sustitución de Óscar Rico.
El preparador albiazul parece decidido a seguir utilizando el 4-1-4-1. El técnico leonés probó como central a Jules Pardo (junto a Malón, Moya y Morcillo) al haber dispuesto un trabajo individualizado para Igor Cuesta, evitando de esta manera cualquier problema físico. Así, Alaña seguiría ocupando el pivote defensivo, con Casares, Salcedo e Indiano en el centro del campo y Geni en punta de ataque.