Vitoria. Uno de los alavesistas más felices a la conclusión del partido contra la Peña Sport era Alberto Montero. Y lo era por una doble razón. Por un lado la victoria que suponía tres nuevos puntos y, por otro, el hecho de haber conseguido mantener su portería a cero, un objetivo que sólo había cumplido en el primer partido de la temporada, contra el Caudal. En Tafalla, y después de diez compromisos consecutivos encajando al menos un gol, el guardameta barcelonés volvía a quedarse imbatido.

"Al portero le gusta mantener la portería a cero. Hasta ahora no había sido posible desde la primera jornada y estoy contento porque el partido no fue nada fácil y el equipo estuvo a la altura. Otras veces sales al final del partido jodido porque te han metido, pero contento porque el equipo ha ganado", señaló Montero a la conclusión del entrenamiento matinal de ayer en Ibaia, en el que demostró también sus habilidades como goleador en un partidillo en el que participó junto a los suplentes.

En esta ocasión, la suerte estuvo del lado del guardameta albiazul, que en anteriores comparecencias había sufrido demasiados goles, muchos de ellos en acciones aisladas y hasta cuatro desde el punto de penalti. Y eso que, en esta ocasión, la Peña Sport dispuso de varias ocasiones claras para batir al guardameta alavesista con sus remates: "Son circunstancias del fútbol. Otras veces han tenido la primera clara y nos la han metido y otras han tenido muchas y no la meten. Lo importante son los tres puntos y que el equipo esté arriba".

Pese a este último logro en tierras navarras, el guardameta albiazul tiene claro que el equipo aún tiene que mejorar mucho en el apartado defensivo porque la cantidad de goles encajados es excesiva. "Mis sensaciones están siendo positivas; la única pega es que llevo más goles encajados que partidos jugados. Pero el equipo está arriba, que es lo que importa, y a seguir trabajando cada día para que el mister siga confianza en mí", indicó.

Este triunfo, el segundo consecutivo, sirve para alejar de manera definitiva los posibles fantasmas que podían haber aparecido en el seno del equipo después de las derrotas ante Mirandés y Sporting B, aunque Montero destaca que el vestuario siempre ha tenido mucha confianza en sus posibilidades: "Las dos derrotas no tenían por qué afectar. El equipo dio buena imagen. Son circunstancias: te meten dos penaltis en el minuto noventa, con un jugador menos... El equipo mentalmente estaba fuerte y sabía que las victorias volverían. Ahora, a seguir sumando".