Vitoria. Un equipo al que va a ser muy complicado ganar y que es capaz de tumbar a su adversario con cualquiera de sus recursos, que son multitud. El Deportivo Alavés volvió a disfrazarse ayer del mejor Mike Tyson para firmar una nueva victoria por K.O. cuando el Logroñés se empeñaba, a base de argucias amparadas por el reglamento tan mal aplicado por el árbitro, en firmar unas tablas que le sabían a triunfo a los puntos. Camino llevaba el duelo, enredado en golpes y patadas, de ese desenlace que podía haber desatado las dudas acerca de la capacidad del púgil albiazul de afrontar los compromisos como local, pero dos directos en el último asalto del combate acabaron por dejar noqueado al cuadro riojano. El líder pega. Y, encima, lo hace con fuerza.

La ya tradicional apuesta por las bandas de Álvarez Tomé se volcó en esta ocasión hacia la derecha, ya que el preparador leonés optó por reforzar el centro del campo con la presencia de Salcedo en la izquierda actuando en una zona más interior que la que habitualmente ocupa un Óscar Rico que vio el comienzo del partido desde el banquillo.

Con Casares dando movilidad al ataque al lado del referente Jito, Calderón llevó el peligro desde la diestra y sólo su falta de acierto en el remate privó al Alavés de un gol en los minutos iniciales que bien mereció por su perseverancia y la multitud de jugadas a balón parado de que dispuso.

Tras ese dominio inicial, el Logroñés se repuso y, tras comprobar que no sufría mácula, buscó con insistencia el flanco izquierdo de la zaga albiazul. Así, los riojanos multiplicaron su presencia en los metros finales. Tras desperdiciar dos ocasiones que el Alavés desbarató en medio del barullo, a la tercera fue la vencida en un saque de esquina en el que Osado metió un balón entre mil piernas y encontró la involuntaria colaboración de un Montero que no fue capaz de retener el balón para abrir el marcador.

Quedaban apenas cinco minutos para el descanso y el cuadro albiazul recibía un duro mazazo, pero este equipo ha demostrado que sabe levantarse de la lona. En el 44, también en medio del descontrol dentro del área riojana tras un saque de banda, Casares puso a punto su cañón para cazar un balón muerto y empatar el partido. Justo premio al esfuerzo de los primeros minutos, pero también importante lección de la necesidad de no caer en el descontrol tras el descanso.

Fútbol subterráneo Por desgracia para los intereses albiazules, el fútbol se exilió de Mendizorroza en la segunda parte para dejar paso a una dura pugna física por ganar metros a base de músculo y patadas. Enredado en la tela de araña de un Logroñés empeñado en cortar cualquier atisbo de juego trenzado. Con las inoportunas interrupciones fuera del reglamento con la connivencia de un árbitro que no fue capaz de aplicar justicia y dejó sin tarjeta muchas acciones merecedoras de la misma, el combate amenazaba con tablas. Eso sí, no aplicó el colegiado el mismo rasero a un Alavés desquiciado por esta flagrante falta de equidad, que le impedía sacar a relucir sus mejores movimientos.

Pero, como ya ha quedado demostrado, no necesita de demasiadas concesiones este Glorioso para encadenar un par de golpes definitivos, con esos que deja fuera de combate a unos rivales que ni siquiera aciertan a ver por dónde les llueven los golpes. Un cabezazo de Jito tras gran centro de Moya y un nuevo puntapié de Casares acabaron por tumbar a un Logroñés que se vio incapaz de seguir conteniendo esa avalancha albiazul.

No había ya espacio para la reacción. El Alavés golpea fuerte. Cinco partidos y un único empate manchando su casillero. No puede ser mucho mejor el estreno de una campaña que cada vez es más prometedora, aunque no caben confianzas porque parecido fue el inicio del último curso y es mejor no acordarse de su final.

Goles: 0-1, minuto 40: Osado. Córner al segundo palo que llega a los pies de Izquierdo, quien saca un remate raso que Montero no acierta a atajar. 1-1, minuto 44: Casares. Saque de banda en el que, tras la pugna entre atacantes y defensores, el balón llega franco para que Casares empalme un duro remate raso desde la frontal que supera a Rubio. 2-1, minuto 80: Jito. Centro de Moya que encuentra en el primer palo a Jito, que remata de cabeza y supera a Rubio. 3-1, minuto 84: Casares. Balón cedido a la frontal por Jito que empalma Casares con un nuevo tiro raso potente.

Tarjetas: Cristian Adrián Lixandru (colegio aragonés). Amonestó a Calderón (minuto 7), Garrido (minuto 18), Gibanel (minuto 56), Iván Malón (minuto 63), Alaña (minuto 65), Del Moral (minuto 67), Torres (minuto 83). Amarilla al segundo entrenador del Alavés, Alfonso Subero, y al técnico Álvarez Tomé.