RECOMIENDAN los aventureros experimentados que lo mejor en los casos de pérdida en entornos desconocidos y con peligros acechando es buscar la senda recorrida por uno mismo y regresar cuanto antes sobre los propios pasos. Pues bien, aunque la situación no es ni mucho menos la misma, eso es lo que parece que está haciendo el Deportivo Alavés en el inicio de la temporada que acaba de arrancar. Y es que el combinado albiazul está calcando prácticamente los movimientos realizados doce meses atrás. Después de la disputa ya de los dos primeros compromisos oficiales del ejercicio, el balance es el mismo. Es decir, eliminación a las primeras de cambio y tres puntos en el casillero como consecuencia de la victoria cosechada en el estreno de la Liga en Mendizorroza.

Pero es que, incluso, las similitudes van más allá de los propios resultados. Porque, dejando a un lado lo estrictamente numérico, las sensaciones transmitidas en ambos casos resultan bastante semejantes. Tanto en el triunfo del pasado sábado frente al Caudal de Mieres como en el del choque inaugural del ejercicio 2009-10 sobre el Izarra de Estella, el Deportivo Alavés tuvo que sufrir de lo lindo y estuvo cerca de encontrarse con un disgusto inesperado en el estreno de la competición. Contra la escuadra navarra, debió remontar en el cuarto de hora final, y tras haber marrado un penalti, un tanto recibido en el minuto 21. El otro día, fue capaz de mantener su portería inmaculada pero el hecho de no aprovechar las ocasiones de que dispuso para sentenciar le llevó a terminar sufriendo más de lo que hubiera sido necesario para conservar la mínima ventaja (1-0) hasta la conclusión de la contienda. Para elevar todavía más el nivel de las coincidencias, los dos partidos que sirvieron para estrenar la competición de la regularidad tuvieron como adversarios que acababan de poner los pies en la nueva categoría tras haber dejado atrás hacía escasamente unas semanas el pozo de la Tercera División.

Algo muy similar ocurre también si es la Copa del Rey lo que se analiza. En ambas ediciones, el combinado del Paseo de Cervantes se despidió del torneo del K.O. a las primeras de cambio y teniendo a sus propios aficionados de espectadores. Porque ni tan siquiera el hecho de que el sorteo le concediera el beneficio de disputar esta primera eliminatoria en Mendizorroza le sirvió para avanzar una ronda más. Tanto frente al Logroñés como ante el Palencia -un año antes- etuvo cerca de clasificarse pero la lotería de los penaltis en el caso de los castellanos y la falta de puntería para remontar el gol rival contra los riojanos lo impidieron. En ambos casos, además, El Glorioso fue apeado de la competición por conjuntos que, a priori, estaban llamados a ocupar la zona noble de la tabla.

Cambiar el guión Ante semejante cúmulo de similitudes en este tramo inicial de la pretemporada respecto a lo acontecido doce meses atrás, más de uno pensará que el ejercicio corre el riesgo de ser una copia exacta del pasado y acabar de la misma triste manera que en el epílogo ante el Pontevedra. Sin embargo, ahí precisamente está el reto de Miguel Ángel Álvarez Tomé y sus discípulos. Deben conseguir mejorar el rendimiento y los resultados para que, como mínimo, el Deportivo Alavés esté presente en la lucha por el ascenso.