VITORIA. Tras su oscura etapa al frente del Deportivo Alavés, al que llegó mediada la pasada temporada como salvador y hundió un poco más en el fondo de la clasificación con unos pésimos resultados en apenas seis partidos como técnico de la plantilla, Manix Mandiola ha vuelto a encontrar acomodo en el fútbol profesional. El técnico eibarrés asumió ayer las riendas del Eibar, su antigua casa, en sustitución de Ángel Viadero, destituido por la directiva armera ante la aciaga racha protagonizada por el equipo guipuzcoano durante las últimas jornadas ligueras.

A sólo dos partidos para la llegada del play off de ascenso y con el Pontevedra apretando cada vez más a los cuatro primeros clasificados, el Eibar ha buscado un drástico cambio de rumbo con el nombramiento del ex preparador albiazul. Los apenas tres puntos en que aventaja al cuadro gallego en la tabla clasificatoria, después de gobernar con puño de hierro el grupo durante la mayor parte de la temporada, han empujado a los directivos a buscar una savia nueva que, como mínimo, permita a un rival directo del Deportivo Alavés tener opciones de jugarse el anhelado ascenso.

Mandiola ya fue el principal artífice en el retorno del equipo armero a Segunda en la temporada 06/07 y de su permanencia en la división de plata en la 07/08. Con anterioridad, ya dirigió al propio filial del Eibar, al Beasain y al Real Unión. Este domingo se sentará en el banquillo en el choque ante el Barakaldo. Tras jugar en Lasesarre, los guipuzcoanos despedirán la competición regular recibiendo al Athletic B en Ipurua. El contrato suscrito por Mandiola contempla su permanencia en el banquillo armero para lo que resta de temporada y, probablemente, dos campañas más, en función de los resultados que obtenga a corto plazo.