vitoria. Fin a 140 días de sequía. Por fin el buen trabajo que estaba realizando Geni en las últimas semanas tuvo la justa recompensa del gol. Ha costado. Mucho además. De hecho, ayer casi vuelve a irse de vacío. Sin embargo, cuando el partido estaba tocando a su fin, el asturiano se aprovechó de un barullo en el área para volver a ver puerta. 140 días después Geni saldó su deuda con el gol. Ya no tiene cuentas pendientes. Las finiquitó ayer en Anduva, lo que le dejó plenamente satisfecho. "Me da felicidad. Es el premio al trabajo", apuntó el jugador.

Un premio que ha tardado en llegar toda una vuelta de campeonato. De hecho, para encontrar el anterior gol de Geni hay que remontarse hasta el encuentro de Mendizorroza frente al Mirandés un ya lejano 22 de noviembre, cuando el asturiano puso el 1-0 a los 48 minutos, en un partido que después se convirtió en un sainete y que se llevó el Mirandés por 1-2.

Con el tanto marcado en Anduva son tres los que acumula Geni. Los dos logrados ante el Mirandés y otro ante el Zamora, conseguido en la sexta jornada el 27 de septiembre. Escaso botín para un jugador que estaba llamado a ser el pichichi del equipo. De hecho, sus cifras de goles quedan lejos de los 7 de Igor o los 6 de Arriaga, los mejores albiazules en este aspecto. Además, el canterano y el vizcaíno han alcanzado estas cifras con una presencia mucho menor sobre el terreno de juego.

Y es que Geni, que es el jugador más utilizado, ha marcado sus tres dianas en un total de 2.447 minutos, lo que da una media de un tanto cada 815 minutos, mientras que el promedio de Igor (2.100 minutos) es de un gol cada 300 minutos y el de Arriaga (1.075) de una diana cada 179.

Pese a estar lejos de los registros de sus dos compañeros, la importancia de Geni en el equipo cada día que pasa es mayor. De hecho, Ocenda agradece su trabajo y su entrada ayer sirvió para revolucionar el partido. La afición albiazul también agradece el cambio que ha dado el asturiano con la llegada de Ocenda al banquillo, hasta el punto de que ha pasado de ser un jugador señalado y pitado habitualmente meses atrás a ser despedido con una gran ovación. De hecho, ayer se volvió a corear su nombre. Geni está contento por ello. Vuelve a sonreír. Ahora con goles además de trabajo. Positivo para el equipo. Que todos sumen. Así lo ve el propio protagonista, que ayer de forma sorprendente comenzó desde el banquillo. Le dio igual. "Eso demuestra que tenemos una plantilla y que todo el mundo puede aportar". Él lo hace. Ayer saldó su deuda.