Vitoria. Tras descargar toda la adrenalina y la frustración acumuladas a lo largo de semanas de continuadas decepciones con una victoria sobre la campana contra el Racing de Ferrol, al Deportivo Alavés le llega el momento de demostrar su verdadera valía. La igualdad predominante en el Grupo I de la Segunda División B ha permitido al conjunto albiazul alcanzar con vida el tramo definitivo de la temporada a pesar de haber intentado suicidarse en repetidas ocasiones. De unas y otras partes han llegado manos salvadoras que han servido para mitigar los constantes vaivenes de un equipo que, tras su última victoria, ha regresado a la senda de su objetivo. A partir de ahora, toca confirmar que ese triunfo no fue un espejismo en medio del desolador desierto en el que se ha transformado la temporada de un equipo que aún tiene posibilidades de alcanzar la tierra prometida.

Superado ya ese primer escalón en la pelea por el ascenso con una victoria que sirvió para que los decaídos ánimos del alavesismo subieran varios enteros, ahora toca subir el segundo tramo de la escalera del play off en Santiago de Compostela. En pleno año Xacobeo, comienzan los albiazules su particular peregrinaje hacia un objetivo que ya debería estar perdido por los resultados cosechados hasta la fecha, pero que en estos momentos está en manos del propio Alavés conseguir a poco que mejore, lo cual no es nada complicado.

Será el de esta tarde el cuarto compromiso de Iñaki Ocenda al frente del banquillo albiazul. Todavía no conoce la derrota el técnico vitoriano y, poco a poco, se van comprobando síntomas de mejoría en un juego que difícilmente podía ser peor. No es que el fútbol alavesista sea aún la panacea, pero, al menos, el orden y la intensidad se han convertido en señas de identidad de un equipo que ahora intenta morder a sus rivales y alcanza los últimos metros con mucho más peligro.

De cara al compromiso de esta tarde, no variará Ocenda mucho su guión con respecto a los dos últimos compromisos y sólo la ausencia del lesionado Óscar Martínez le obligará a realizar una variación en la punta del ataque, donde regresará un Geni que contra el Racing ofreció una buena imagen. De ahí para atrás, es previsible que el preparador albiazul vuelva a repetir esquema y nombres, dando de esta manera continuidad al trabajo realizado a lo largo de las últimas jornadas.

sin confianzas Llega así el Alavés a un partido de esos que se consideran trampa porque el nivel del rival y su peligro no guardan concordancia. La visita al Compostela, último clasificado de largo del Grupo I y desconocedor aún de lo que es ganar en campo propio, es de las de un dos seguro en la quiniela, pero el conjunto vitoriano no podrá fiarse de un equipo que, en su pelea por agarrarse a un clavo ardiendo, ya ha dado algunas dentelladas a aspirantes al ascenso que se han dejado unos puntos de oro contra los santiagueses.

Tienen que aprender los albiazules de lo que ya les ha ocurrido a rivales directos en la pelea por el ascenso como Palencia, Lemona, Mirandés, Eibar, Montañeros o Pontevedra, equipos que han salido magullados de sus duelos con el histórico Compos. No puede permitirse El Glorioso dejarse un punto más por el camino si quiere seguir manteniendo vivas sus opciones de ascenso.