Desde que tomó las riendas del Deportivo Alavés, Iñaki Ocenda dejó claro que una de las premisas fundamentales de su ideario futbolístico es la máxima intensidad. Así se lo trasladó a sus discípulos y cada día les exige sin desmayo que entreguen todo lo que llevan dentro en cada acción. La plantilla vitoriana pareció aceptar con agrado el requerimiento y en sus últimas comparecencias ha tratado de ofrecer una cara bien distinta a la que tenía acostumbrados a sus aficionados. Sin embargo, esta exigencia de tensión elevada puede llevar en ocasiones a que se produzcan pequeños "chispazos" que alteren la rutina habitual. Algo de ello ocurrió durante el entrenamiento matinal de ayer cuando, durante la dispute del partidillo dispuesto por el técnico albiazul, Óscar Rico y Romerito se enzarzaron en una breve discusión como consecuencia de una fuerte entrada del primero sobre el segundo. Diego Segura, no obstante, restó trascendencia a lo sucedido. "Eso queda dentro del campo, en el vestuario han quedado como amigos. Son cosas que pasan todos los años, siempre hay alguno. Pero significa que nos lo estamos tomando en serio", zanjó.
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