Vitoria. Los acontecimientos inesperados siguen sucediéndose en el día a día de un Deportivo Alavés que no vive jornada alguna sin que aparezcan nuevos sobresaltos. Ayer, en el primer día efectivo de Alfredo Ruiz de Gauna al frente del club, fue Alberto Lasaga quien anunció su marcha ante el cambio producido en el accionariado de la entidad. El que desde el pasado mes de julio era el máximo responsable del fútbol base alavesista deja el club porque se considera un hombre de confianza de Fernando Ortiz de Zárate y, una vez perdido su peso dentro de la entidad, se irá con él acompañado casi de la mano.

Siete meses en el club después de un largo período alejado del mundo del fútbol para acabar tomando una decisión repentina que deja mucho trabajo en el aire, aunque Lasaga ha prometido acabar la labor que había empezado con la pirámide del fútbol base, el trabajo que se ha llevado la mayor parte de sus horas de trabajo a lo largo de su estancia en la entidad.

El ansiado proyecto de conseguir cerrar convenios con la mayor parte de los clubes que juegan en el territorio alavés ha sido el objetivo de un Lasaga que, pese a su renuncia al cargo, se ha comprometido con los equipos con los que ya existen acuerdos para llevar el nuevo convenio de colaboración a la Diputación Foral de Álava.

Dicho convenio fue presentado hace un par de semanas y con él se ha conseguido congregar en torno al Alavés a la mayoría de los clubes d la provincia, con excepción de los que contaban con anterioridad con convenios con Athletic de Bilbao o Real Sociedad.

A pesar de los ilusionante de su trabajo, destacado por todos los representantes de los clubes alaveses que han tratado con él a lo largo de los últimos meses, Lasaga considera que el puesto de responsable del fútbol base tiene que ser designado directamente por el máximo responsable del club y, al haberse producido el relevo entre Ortiz de Zárate y Ruiz de Gauna, cree que su etapa en el club ha tocado a su fin.

Nueva etapa Este anuncio de marcha de Lasaga supone una nueva piedra en el camino de un club que, desde ayer, tiene una nueva línea de trabajo con la entrada en las oficinas de un hombre de confianza del actual accionista mayoritario. Desde primera hora, Fernando Domezain, ex contable del club en etapas anteriores, se puso manos a la obra para intentar poner al día algunos de los problemas más importantes a los que tiene que hacer frente el club en los próximos días.

Uno de los aspectos más importantes es concretar la rescisión de Javier Pereira antes del próximo partido, ya que si sigue sin alcanzarse un acuerdo entre las partes el Alavés recibirá una multa al no presentar entrenador. La idea primigenia del actual accionista mayoritario era ofrecerle al anterior entrenador un puesto de trabajo dentro del club, aunque parece complicado que Pereira lo acepte. El próximo jueves hay un acto de conciliación entre las partes en la sede de la Federación Española de Fútbol y el Alavés espera cerrar un acuerdo satisfactorio antes de esa fecha.

Otra de las vertientes en las que se precisa una actuación inmediata es en la negociación del pago de la deuda privilegiada, ya que todavía queda pendiente el pago de alrededor de 800.000 euros.