Vitoria. La hora casi completa de alocución de Javier González para explicar las razones que le han llevado a desestimar su entrada en el accionariado del Deportivo Alavés estuvo salpicada por graves acusaciones que fueron dirigidas, principalmente, hacia la figura de un Ortiz de Zárate con el que seguro que no se intercambiará felicitaciones navideñas, aunque tampoco faltaron dardos para el socialista Txarli Prieto, quien se llevó la andanada de mayor calibre dentro de un discurso en el que se repartieron cañonazos a babor y también a estribor y del que sólo Alfredo Ruiz de Gauna y la Diputación Foral de Álava salieron bien parados.
El representante vizcaíno no dudó a la hora de tildar como "mentiroso" al actual máximo mandatario alavesista del que desveló que sus jugadores "le llaman El Bolas, y por algo será". De sus primeros contactos con Ortiz de Zárate le quedó claro que, en la ampliación de capital, "le importaba más conseguir dinero que la socialización del club".
En este sentido, también culpó al presidente de haber "negociado a muchas bandas" y de no haber dado a conocer todavía "los condicionantes de la segunda fase de la ampliación de capital". Así, González considera que "lo único que está haciendo Zárate es llamar a todo el mundo para ver si pone dinero, pero él no pone nada y no se preocupa por la viabilidad de su negocio".
En esta tesitura, ve imposible alcanzar ningún tipo de acuerdo mientras Ortiz de Zárate siga al frente de la entidad y considera que lo mejor que le podría pasar a la misma sería su marcha para evitar que los posibles inversores que puedan venir se marchen por su actitud. "Su dimisión ha sido una pamema porque no ha dicho que se marcha a su casa. Ortiz de Zárate se tiene que marchar porque no le da ninguna confianza a nadie y todos los posibles inversores se han marchado sin concretar nada".
Pero, si duras fueron las acusaciones contra el presidente albiazul, tampoco quedó bien parado Txarli Prieto, secretario general del PSE en Álava. González desveló que, en sus conversaciones privadas, el socialista le explicó que "pasa olímpicamente del Alavés y que no le importaría que se fuera a hacer puñetas como otras empresas de Álava".
Las buenas palabras, que también las hubo, tuvieron como principal destinatario a un Alfredo Ruiz de Gauna al que considera "un hombre de corazón que siente el Alavés y que hace esto por forofismo" y lamentó "no haber hablado antes con él para evitar que invirtiera mucho dinero a fondo perdido", dejando la puerta abierta al entendimiento "si se marcha Zárate".