Vitoria. Una de las vías que el Deportivo Alavés mantenía abierta para la llegada de un posible inversor ha quedado descartada en las últimas horas de manera prácticamente definitiva por culpa de las urgencias económicas en las que se encuentra sumido el club del Paseo de Cervantes. Las buenas intenciones del grupo liderado por Anabel Junyent se han topado de bruces con la premura que exige una operación mediante la que se tiene que sanear la economía de una entidad que, en estos momentos, no cuenta con dinero en efectivo para hacer frente a los pagos inmediatos que se acumulan sobre su mesa.
La ex jugadora, entrenadora, agente de futbolistas y empresaria catalana, al frente de un grupo de inversores de dicha comunidad, estuvo en Vitoria hace un par de semanas viendo el club y sus instalaciones y mantuvo una reunión con Fernando Ortiz de Zárate para conocer el estado de la entidad. El primer contacto fue muy positivo y regresó a Barcelona muy contenta con todo lo que había visto para poder estudiar con tranquilidad la situación del club para decidir emprender la compra del mismo.
Ahora, un par de semanas después del inicio de las gestiones, la entrada de Junyent en el accionariado del Alavés queda descartada casi por completo. La complicada situación económica en la que se encuentra sumido el club, sin dinero para hacer frente a los pagos, requiere de la llegada inmediata de algún grupo inversor. Esta premura que se exige choca contra el detallado estudio del club que pretendía hacer este grupo catalán antes de dar su visto bueno a la compra de un importante paquete de acciones, por lo que, de no cambiar las cosas de manera radical, Junyent deja prácticamente descartado su desembarco en el Alavés porque, cosa entendible, no quiere comenzar un proyecto de gran magnitud en el que no sabe a ciencia cierta con qué desagradables sorpresas puede encontrarse.
Estas urgencias ante la ausencia de liquidez para hacer frente a los pagos obligan a depositar todas las miradas en la pareja, todavía no consumada, que pretenden conformar Alfredo Ruiz de Gauna y Javier González.
El empresario vitoriano, al que Ortiz de Zárate ha vuelto a pedir una inversión para hacer frente a los pagos, espera la respuesta del representante de futbolistas vizcaíno. Los abogados de González están estudiando a conciencia toda la información que han recabado en las últimas fechas y la decisión definitiva, positiva o negativa, no debería ir más allá de la presente semana. Lo que Ruiz de Gauna le ha vuelto a dejar claro a Ortiz de Zárate una vez más es que no va a comprar más acciones si, finalmente, no entra en el club de la mano de Javier González. Así las cosas, si esta vía en la negociación acaba frustrándose, el futuro del Alavés podría quedar sentenciado a expensas de un milagro de última hora.