Vitoria. El trabajo en la trastienda, pese a las festividades, sigue siendo de máxima intensidad para evitar que en breve el Deportivo Alavés cuelgue el cartel de cerrado por derribo. Los contactos entre Fernando Ortiz de Zárate y el grupo que pretende invertir dinero en el club -compuesto por la familia Ruiz de Gauna y Guillermo Asarta- se han intensificado en las últimas horas, aunque habrá que esperar al arranque del nuevo año para que estos últimos desvelen su postura definitiva, en estos momentos muy proclive a la entrada en la entidad en el que es ya el tercer intento de conformar un bloque sólido y plural al frente del club. Los dos primeros -la venta inicial de Piterman y el acercamiento del pasado verano- fracasaron, pero ahora la supervivencia del club pasa por una respuesta positiva de los implicados.
Los empresarios vitorianos llamados a capitanear la reconstrucción del club no quieren pillarse los dedos. El desembolso al que tendrán que hacer frente si deciden finalmente entrar en la ampliación de capital no es baladí y, por ello, quieren tener atados el mayor número de cabos que sea posible para no llevarse después sorpresas desagradables cuando entren a formar parte del consejo de administración.
En este sentido, el grupo inversor está tratando de estudiar toda la documentación de que dispone para saber cuál es el estado real, tanto en el debe como en el haber, de las cuentas de una entidad que se encuentra en un momento económico muy apurado. A corto plazo el horizonte se presenta muy complicado, ya que hay que afrontar los pagos a los acreedores privilegiados, así como rendir cuentas ante la Hacienda local, además de la inversión que se pretende hacer en el apartado deportivo, donde se esperan altas y también bajas.
Ante esta complicada tesitura, prevista desde hace muchísimo tiempo, Ortiz de Zárate ha instado a los que pueden convertirse en sus nuevos socios a actuar con celeridad, aunque los dos empresarios alaveses prefieren afrontar la situación con la cautela que el tamaño de la empresa a la que van a hacer frente aconseja, ya que será su dinero el que estará en juego en el futuro de la entidad.
importante apuesta Y es que, si importante es salvar el primer muro económico con el que se van a encontrar si finalmente deciden apostar por el Alavés, no menos complicado está el futuro de una entidad que, a lo largo de los cinco próximos años, vivirá con una hipoteca de algo más de un millón de euros -de pago obligado ante el riesgo de una posible denuncia y consiguiente liquidación- constantemente pegada a su espalda.
Conocida esta pesada carga, lo que tratará de buscar el nuevo equipo gestor es la manera de que no se vuelva a repetir el dramático momento que en estos momentos atraviesa el club, con muchos pagos que realizar en un futuro inminente y con muy poco efectivo en la caja si no se completa la ampliación de capital prevista.
Para que la entrada de los nuevos inversores no se convierta en pan para hoy y hambre para mañana, los puntos clave de la rehabilitación pasan por mejorar en el apartado deportivo y también retomar unas relaciones institucionales que no atraviesan por su mejor momento en la actualidad.
En el primer caso, el objetivo del ascenso se contempla como una meta ineludible para el grupo inversor, ya que el regreso a Segunda División supondría una importante inyección económica a los ingresos del club y también permitiría que la corriente de alavesismo despertada en el inicio de la presente campaña no caiga en el olvido apenas un año después de haber echado a andar.
Por otra parte, los empresarios alaveses que parecen decididos a tomar parte en la ampliación de capital también consideran que el club necesita el apoyo incondicional de las instituciones locales para asegurar su supervivencia. En este sentido, todavía está pendiente la concesión de 250.000 euros adicionales al convenio de medio millón que está asegurado por parte de la Diputación Foral de Álava, ente que se encuentra muy atento a lo que acontece alrededor del Glorioso y que ve con muy buenos ojos la llegada de este nuevo grupo al consejo de administración del club, ya que siguen existiendo recelos hacia la actuación de Ortiz de Zárate.