vitoria. Muy lejos del objetivo. Si un milagro no lo remedia en los dos próximos días cuando concluya este viernes 18 la primera fase de la ampliación de capital del Deportivo Alavés, ésta habrá sido un fracaso. Los esfuerzos de asociaciones de hosteleros, particulares y colectivos albiazules varios animando a la compra de acciones han caído por el momento en saco roto.

Buena prueba de ello es que hasta ayer se habían suscrito poco más de 2.700 acciones de las más de 53.700 que hace ya casi un mes se pusieron a la venta.

El tiempo pasa y las cuentas no salen. El sueño de poder ver cómo los 8.000 socios albiazules adquirían paquetes de acciones por valor de 400 euros para cubrir esos 3,2 millones de euros que se han puesto a la venta se desvanece. De hecho, a escasos dos días para que se cierre esta primera fase sólo se han cubierto 165.000 euros de esa cantidad, lo que supone poco más del 5%. A un mundo del reto marcado. Demasiado lejos aún.

El hecho de que el precio de las acciones sea el mismo que cuando Gonzalo Antón sacó a la venta los primeros títulos en el verano de 1996, 10.000 pesetas de las de entonces y 60,1 euros ahora, no ha servido de aliciente al entorno albiazul para adquirir un paquete accionarial suficiente con el que atomizar la entidad tal y como se pretendía.

CONTROL DEL CLUB EN EL AIRE La socialización del Alavés, como aspiraban buena parte de sus fieles para acabar con las mayorías absolutas, se complica. Y es que de haberse cubierto por pequeños inversores la totalidad de esos 3,2 millones de euros, la participación accionarial de Fernando Ortiz de Zárate se habría reducido del 51% que tiene en estos momentos a un 13%. Ese objetivo parece ya una quimera.

Ahora habrá que esperar qué sucede en una segunda fase que podría comenzar en 2010 y que a día de hoy se presenta con todas las incógnitas abiertas. A priori, Fernando Ortiz de Zárate debería desembolsar al menos 1,5 millones de euros si quiere mantener su mayoría absoluta y seguir con el control del club. De no hacerlo, el actual máximo mandatario se expone a que cualquier persona pueda adquirir un paquete importante en esta segunda fase sin restricciones y asumir el poder de la entidad.

Sin embargo, la posible lucha por el control de la entidad albiazul es en estos momentos un problema menor. El verdadero quebradero de cabeza para los rectores del conjunto vitoriano es la falta de liquidez. La directiva albiazul confiaba en que la venta de acciones fuese su tabla de salvación y entrase dinero al club con el que sanear sus maltrechas arcas. Sin embargo, no está siendo así y en las próximas fechas debe llevar a cabo un pago de un millón de euros tras el acuerdo alcanzado en la junta de acreedores.

Además, el compromiso con la Diputación Foral de Álava es el de alcanzar esos 3,2 millones de euros en todos los casos. En el supuesto de que no se consiga mediante la venta de acciones, el Alavés deberá solicitar un crédito para cubrir el capital que falta, que en estos momentos asciende a 3,035 millones de euros, lo que aliviará la situación momentáneamente al disponer de capital a corto plazo, pero hipotecará los recursos futuros de la entidad.