CUANDO toca navegar contra corriente es cuando más necesario y beneficioso resulta el apoyo y el empuje de los más cercanos. Sin embargo, lo más habitual en esas circunstancias suele ser precisamente que el afectado por la marejada encuentre más ausencias que otra cosa a su alrededor. Un buen ejemplo de ello lo experimentó en la noche de ayer el Deportivo Alavés, que únicamente contó con el apoyo de 325 fieles en las gradas de Mendizorroza para afrontar el encuentro de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa Federación frente al Oberena.
Una realidad que no por esperada deja de sorprender. Resulta evidente que ésta no es precisamente una competición atractiva para una afición que hace no demasiado peleaba por una Copa de la UEFA pero tampoco se puede esconder que las decisiones de la directiva no han ayudado precisamente a evitar esta desbandada general del Paseo de Cervantes.
De esta manera, la decisión del consejo de administración que preside Fernando Ortiz de Zárate de hacer pasar por taquilla (cinco euros) a todos aquellos que quisieran presenciar el choque en directo se ha convertido en un efectivísimo repelente natural. Resulta imposible encontrar una entrada tan pobre en Mendizorroza en la época moderna del Alavés. Los antecedentes más parecidos, de hecho, siempre han sobrepasado la barrera de los 3.000 espectadores. Así, en la campaña 2006-07 3.626 personas vieron el duelo de Copa frente al Celta. Un año después, fueron 3.748 las que acudieron al duelo copero contra el Nàstic y en la última jornada de Piterman en Vitoria (junio de 2007) 3.876 espectadores acudieron a ver la derrota albiazul frente a la Ponferradina.
Alavés-Getafe Quizás el caso más parecido tuvo lugar en la jornada 33 de Segunda División de la temporada 1995-96. El Getafe visitaba Mendizorroza y pese a que el Alavés aún contaba con opciones de luchar por las primeras plazas, Gonzalo Antón decidió declarar la jornada día del club en contra del sentimiento generalizado de la afición. Poco más de mil personas acudieron al estadio (1-0, con gol de Codina) y entonces se acuñó el grito de Antón pesetero que acompañó al ex presidente durante el resto de su gestión.