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“Me he tirado hasta 12 horas en el monte viendo el crecimiento de una seta”

Pedro Manrique ofrece asesoramiento gratuito sobre setas y hongos en la asociación vecinal Barrenkale

“Me he tirado hasta 12 horas en el monte viendo el crecimiento de una seta”Jorge Muñoz

Llega el otoño y con él la época de recoger setas. Una de las grandes actividades para muchos vitorianos y vitorianas que disfrutan del día en el monte descubriendo diferentes especies. De primeras un hecho inofensivo, pero guarda un trasfondo peligroso, ya que, algunas de las setas recolectadas pueden ser venenosas si no se tienen los conocimientos necesarios.La micología es la rama de la biología que se dedica al estudio de los hongos. Una especialidad poco conocida que mantienen todavía viva unos pocos apasionados.

Es el caso de Pedro Manrique, micólogo experto que ha dedicado gran parte de su vida a recoger e investigar setas y hongos. A lo largo de los años ha documentado sus hallazgos y ha creado sus propios apuntes con todo lujo de detalles.

Asesoramiento

Desde hace ocho años trabaja de manera altruista desde la sede de la asociación vecinal Barrenkale en la calle Cuchillería 61. Se trata de un punto de información que está disponible todos los lunes de 18.15 a 20.00 horas en las temporadas de recogida, que son primavera y otoño.

Pedro Manrique estudiando una seta.

"Es una afición que tengo de muchos años, le dedicó de 4 a 5 horas diarias al estudio de las setas"

El invita a que cualquier persona acuda a su oficina con las setas o los hongos que ha recogido, para que pueda verificar que son comestibles y no venenosas. Además, ese veredicto va acompañado de una valiosa información para adentrarse en el mundo de la micología. 

“Es una afición que tengo de muchos años, le dedicó de 4 a 5 horas diarias al estudio de las setas. Aparte de que aumentan mis conocimientos micológicos, a nivel de setas y hongos, pues todo este aumento yo lo extiendo a la gente que viene”, indica Manrique. Su pasión le ha llevado a cometer locuras por ver el nacimiento de una seta, “yo me he tirado hasta 12 horas en el monte toda la noche viendo el crecimiento de una seta”, relata. 

Pocos espacios

En Vitoria quedan pocos sitios a los que acudir para verificar que tipo de setas y hongos se han recogido y esto trae como consecuencia graves envenenamientos. El micólogo asegura que sería idóneo que todos tuvieran ciertos conocimientos sobre esta rama de la biología para prevenir. “Me gustaría que cogieras un libro, una lupa y a empezar a clasificar las setas, y con todo eso andaríamos mucho mejor y nos evitaríamos, que para mí es lo principal, los envenenamientos que se producen todos años”, expresa.

Algunas de las setas que tiene en observación.

Un tema recurrente y que más que dolores o sentimiento de malestar, también puede producir la muerte en algunos casos. “Yo me entero por Txagorritxu cuando hay una intoxicación y necesitan saber cuál es el grado de intoxicación o cuál es la causa, pues me dicen que seta han comido o me mandan una fotografía de la seta y yo se la clasifico. Entonces ellos automáticamente les dan el antídoto”, indica Pedro Manrique. Esta situación le permite también ir descubriendo nuevas especies y alertar a los que acuden a la asociación de nuevos peligros. El año pasado gracias a su intervención evitaron 5 o 6 envenenamientos importantes. 

En este sentido, el ha ido creando su propio sistema de identificación y mediante estudios a obtenido unos resultados muy interesantes. “En Álava calculo que habrá unas 350.000 especies, de esas el 5% más o menos lo conocemos. El 80% no tiene valor culinario, de esas 3.000 que nos quedan solamente alrededor de 400 especies son comestibles, las 2.600 restantes son tóxicas o venenosas”, explica el micólogo.

Pasar el testigo

Asimismo, son muchos los que acuden a su despacho en busca de información y de una conversación amigable. “El año pasado había una media aquí todos los lunes de unas 6 a 10 personas con sus setas”, asegura Manrique, una situación que alegra al micólogo. No quedan muchas personas apasionadas de las setas y le gustaría poder transmitir sus conocimientos para que nuevas generaciones se interesen. Por ello, cuando acuden a su despacho siempre trata de ofrecer una información completa con la ilusión de plantar una semilla de curiosidad en ellos. “Nos vamos haciendo mayores y al final si no hay gente que te siga”, indica el micólogo.

“El año pasado había una media aquí todos los lunes de unas 6 a 10 personas con sus setas”

Una de las setas de su estudio junto a una lupa.

Aun así, guarda algo de esperanza al ver como muchos niños que acuden con sus familias a la sede se interesan por conocer más sobre las setas. “Hay chiquitos que ya vienen aquí con su padre, vienen a clasificar y los críos, pues se van metiendo. Entonces automáticamente ves que tu trabajo va creciendo”.

Información básica

Aunque, no todo el mundo muestra interés por esta rama, si que hay cierta información básica que es relevante, como la diferencia entre hongos y setas.Las setas son un aparato reproductor pero con láminas, púas o venas en la parte inferior del sombrero y los hongos tienen una especie de tubos acabados en poros. A partir de esta identificación continua la clasificación con ayuda de bibliografías y una buena biblioteca sobre setas. Ese conocimiento aumenta con la participación en charlas o cursillos de formación como los que él imparte. También, están intentando crear un grupo micológico en la asociación.