José Ramón Díaz de Durana es catedrático de Historia Medieval en la Universidad del País Vasco. Ha estudiado la sociedad, la economía y la historia social y del poder al final de la Edad Media en el País Vasco. Es Investigador Principal del equipo de investigación Violencia y transformaciones sociales en el Nordeste de la Corona de Castilla (1200-1525) del Ministerio de Ciencia e Innovación y del Grupo de Investigación del Gobierno Vasco Sociedades, procesos, culturas (siglos VIII-XVIII). 

¿Cómo nace este proyecto sobre las Actas Municipales de Vitoria? 

Mi primer trabajo de investigación fue sobre el primer libro de Actas Municipales, el de 1428. No se han conservado los libros entre 1428 y 1479, pero la serie desde entonces es completa hasta la actualidad. Como dice José Antonio Munita, que nos acompañó al inicio del proyecto, son un tesoro. Además, las actas municipales proporcionan una información vital para la investigación histórica en todos los ámbitos. Estos fueron tres elementos poderosos a la hora de diseñar en 2018 un plan de trabajo para transcribir y publicar los Libros de Acuerdos hasta el año 1500. Obtuvimos financiación del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y de la Fundación Sancho el Sabio y nos pusimos a trabajar. 

Hábleme del libro publicado este año sobre las Actas de 1480-1481.

Este libro es el tercero de los que publicamos y está dividido en dos partes. La segunda, recoge la publicación de la transcripción de los acuerdos adoptados por el Ayuntamiento vitoriano durante el curso político entre el 30 de septiembre de 1480 y el día de San Miguel de 1481, cuando se elegían los oficiales del año siguiente. Además, para acercar el contenido de esos acuerdos a la ciudadanía, incorporamos una relación de los acuerdos adoptados en castellano actual, un glosario de términos que aclara su significado medieval y un índice analítico, onomástico y temático.

“Las actas municipales proporcionan una información vital para la investigación histórica en todos los ámbitos”

En la primera parte se publican tes estudios. 

Así es, se publican tres estudios originales elaborados por especialistas que son imprescindibles para contextualizar el contenido de las Actas. En este caso, el primero ha sido elaborado por Ismael García-Gómez y se ocupa del castillo de Vitoria. Es un edificio clave en su historia medieval, olvidado por la historiografía y apenas conocido por los vitorianos. Hoy se esconde entre los muros de la iglesia de San Vicente, aunque destacaba en el skyline de la ciudad medieval. El segundo está firmado por Ernesto García Fernández que completa su análisis, iniciado en el libro anterior, sobre los clérigos vitorianos, con el estudio de las órdenes mendicantes de franciscanos y dominicos y su relación con las élites de la ciudad. El tercero lo he elaborado yo y aborda los conflictos que los escuderos y labradores de las aldeas de la Tierra y Jurisdicción mantuvieron con la élite gobernante durante el Antiguo Régimen. Los escuderos en torno a la defensa de sus privilegios fiscales, judiciales y políticos. Los labradores enfrentados por el urundiru, el dinero de la harina, que pagaban quienes tenían más de siete años.

José Ramón Díaz de Durana DNA

¿Cuál es el objetivo de estos estudios?

La publicación de estos trabajos tiene como objetivo fomentar una renovación de los estudios sobre la historia medieval de la ciudad. Estoy convencido de que la nueva mirada que van a aportar los historiadores e historiadoras –senior y junior– que van a participar, modificará la historia de la ciudad. Una historia abierta siempre a los planteamientos que, desde la historia comparada, se utilizan para el estudio de la ciudad medieval europea. 

¿Qué tipo de información podemos encontrar en estas actas? ¿Qué nos cuentan sobre la vida en Vitoria-Gasteiz en el siglo XV?

Los Libros de Actas Municipales de Vitoria-Gasteiz constituyen la documentación más completa y continuada sobre la vida cotidiana de los vitorianos al final de la Edad Media. Recogen todos los asuntos que les afectaban –urbanismo, abastecimiento, limpieza, organización de las actividades artesanales y comerciales, etc.– a partir de los acuerdos y disposiciones que los oficiales municipales tomaban en el desempeño diario de las tareas de gobierno. También los conflictos que se vivían en la ciudad entre los artesanos y la élite, entre los bandos de Ayala y de la Calleja por el control del poder político local, las relaciones con otras entidades municipales, territoriales o la propia Corona, etc. 

“Al final de la Edad Media, el ‘skyline’ de Vitoria incorporaba un castillo, cuyos últimos restos se conservan en la iglesia de San Vicente”

¿Qué parte del proceso resulta más laboriosa?

Sin duda la transcripción de los textos medievales. Es necesaria una experiencia notable, como la que han demostrado José Antonio Munita, Agurtzane Paz y Ana Galdós. La precisión técnica y el conocimiento de la letra cortesana es fundamental. Y asociada a esta labor, la elaboración del glosario de términos medievales que permite a quienes lean las actas, comprender mejor su contenido. Un trabajo que está en manos de dos expertas filólogas: Emiliana Ramos y Consuelo Villacorta. Finalmente, no menos importante y enjundioso es el índice analítico, onomástico y toponímico, que ha elaborado Ana Galdós. 

¿Qué detalles del día a día, decisiones políticas o cuestiones sociales llaman más la atención al leer las actas?

Lo mejor es que lean las Actas. No hay espacio suficiente para detallarlos. Pero, sin duda, lo espectacular de este tercer libro es el castillo de la ciudad estudiado por Ismael García-Gómez. Estamos acostumbrados a observar el skyline de la ciudad medieval con las cuatro torres de las iglesias, pero al final de la Edad Media, ese perfil incorporaba además un nuevo elemento, el castillo, cuyos últimos restos se conservan en la iglesia de San Vicente. El excelente trabajo de Ismael García-Gómez lo ha sacado literalmente a la luz y lo hemos representado en la portada del libro.

José Ramón Díaz de Durana DNA

¿Hay presencia o mención de mujeres en estos documentos? ¿Qué papel jugaban en esa época?

La presencia de las mujeres es limitada, pero perceptible si quiere verse. Estaban alejadas de la vida política de la ciudad: los oficiales eran todos hombres que, además, eran quienes representaban a sus familias antes los oficiales del Ayuntamiento. Sin embargo, más allá de los tópicos –su papel como prostitutas, beatas o incluso una emparedada–, había dos conventos femeninos de franciscanas y dominicas y las mujeres tenían una vida activa en los talleres artesanales, en el trabajo textil y de la construcción o como pescaderas, panaderas o al frente de actividades comerciales en las tiendas, en los mercados y en las ferias locales y, también, a escala internacional, como representantes de sus esposos, y seguramente como titulares de negocios mercantiles. Una presencia intensa que va a tener, sin duda, un papel creciente en el análisis histórico de los próximos años.

“En este tiempo, lleno de noticias falsas, quienes nos dedicamos al estudio de la Historia jugamos un papel fundamental”

¿Cómo se garantiza la fidelidad entre el texto original y la versión actualizada?

Sin duda desde la experiencia acumulada en el trabajo de los textos medievales y desde el conocimiento que tenemos sobre la sociedad vitoriana de la época. Para acercar el contenido de esos acuerdos a la ciudadanía, incorporamos una relación de los acuerdos adoptados por los oficiales en castellano actual y además, como he señalado, el glosario de términos y un índice analítico, onomástico y temático. Este tipo de trabajo no es habitual en estudios de este tipo y significa un esfuerzo notable para el equipo, pero lo consideramos esencial. Si alguien no quiere leer la transcripción del texto medieval puede acercarse a este catálogo de acuerdos y comprender su contenido. 

¿Qué mensaje le darías a la ciudadanía para que se interese y se acerque a estas fuentes históricas? 

En este tiempo que nos ha tocado vivir, lleno de noticias falsas y relatos elaborados sin contrastar la información, quienes nos dedicamos al estudio de la Historia jugamos un papel fundamental. Nuestro trabajo se apoya en el análisis de textos de época, como las Actas Municipales de Vitoria al final de la Edad Media, y a partir de ellas construimos y divulgamos el pasado de la ciudad con rigor, proporcionando los textos que apoyan nuestras hipótesis y afirmaciones. Acérquense a la lectura de las Actas Municipales, encontrarán un relato probado, lejos de los mitos y tópicos con los que a veces se ha escrito la historia.