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El bolo alavés busca su relevo generacional

El Club Araba, vigente desde los años 80, cuenta con 200 fichas de mujeres y otras 50 de menores entre 12 y 18 años

El bolo alavés busca su relevo generacionalDNA

Como marca la tradición, el torneo de bolos constituye uno de los momentos cumbre en las fiestas de San Prudencio. Un deporte que se mantiene con puño de hierro en las celebraciones del Territorio y en el que predomina “la armonía entre los competidores”, tal y como manifiesta Floreal Luna, conocido en el mundillo como ‘Kuko’, que es precisamente el vicepresidente del Club Araba de Bolos.

Si bien es cierto que el bajón en términos de fichas federativas en las últimas dos décadas es evidente, a nivel alavés, la federación se compone de 950 socios, de los cuales más de un tercio corresponden al club Araba. Un histórico que sigue vivo desde los años 80 y que está integrado por 650 socios, de los cuales 200 son mujeres y 50 adolescentes entre los 12 y 18 años.

“Es cierto que el rango de edad es alto, pero tenemos un bonito relevo porque contar con 200 fichas de mujeres es una pasada”

Al ser preguntado sobre qué hace único al bolo alavés respecto a otros deportes, ‘Kuko’ explica que “te lleva a conocer pueblos del territorio a los que nunca habrías ido”. Además, pese a que lleva jugando más de 20 años, al vicepresidente del club Araba le sigue llamando la atención la “convivencia y el saber estar que tenemos”. “Somos rivales, pero también amigos”, asegura. Un ejemplo de la fraternidad es que, por ejemplo, cuando un torneo se disputa en un pueblo, “nos juntamos, tiramos una especie de prueba, almorzamos y después hacemos la competición”.

Tirada de varios integrantes del Club Araba en la bolera de Abetxuko

Eso sí, ‘Kuko’ reconoce que hace 20 años el Club Araba aglutinaba cerca de 1.000 socios, pero “un problema para la captación llega con los recortes del ayuntamiento y la Diputación”. Uno de los gastos radica, precisamente, en que cuando un club ejerce de anfitrión, por cultura y siendo fiel a la tradición, invita al rival a almorzar, y cada uno de ellos ronda los 300 euros. Para ello, desde el Club Araba se pagan 25 euros al año por cada ficha y, a partir de ahí, se costean los torneos y los premios de todo un curso. “Nos dan ayudas, sí, pero no las suficientes”, matiza.

Cada vez más mujeres

El futuro, en cualquier caso, está en buenas manos, tal y como augura el vicepresidente del club Araba: “Dentro de nuestra realidad, pienso que tenemos que mantenernos en número y equipos y que podemos hacerlo”. Un claro ejemplo es el de las Bolas Locas, un equipo constituido exclusivamente por 18 mujeres de entre 20 y 30 años que “han creado mucha afición”. “Tenemos un bonito relevo para seguir jugando durante años. Es cierto que el rango de edad es alto porque tradicionalmente el bolo alavés ha sido un deporte de mayores y de hombres, pero tener 200 fichas de mujeres es una pasada”, argumenta ‘Kuko’.

Una de las iniciativas que llevan a cabo, de la mano de la Diputación, para promover la captación de jugadores del Territorio, sea cual sea su edad, es la bolera portátil. “Vamos con ella por pueblos donde no hay bolera y la gente participa”, explican desde el Club Araba, aunque son conscientes de que “nos cuesta porque hay otros deportes que están por encima, como el fútbol o el baloncesto”.

No en vano, desde el club Araba alzan la voz y ruegan que el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz cuide las boleras municipales, las mismas con las que podrían atraer a más adeptos a practicar este deporte. “Las boleras de los pueblos están en buenas condiciones; el problema está en las de Vitoria: las que están al aire libre en Iparralde, Hegoalde, Zaramaga o Judizmendi están abandonadas y nos hacen llevar nuestro propio material para poder jugar. La bolera de Abetxuko y la de Fueros están muy bien, pero queremos darle vida a otras de Vitoria”, concluye ‘Kuko’, el vicepresidente del Club Araba.