La psicóloga Marina Martínez trabaja en consulta privada en Zabalgana bajo el proyecto El Palacio Mental junto a más psicólogas. En esta entrevista, valora la importancia del día que se celebra unidas la lucha por la igualdad de género entre mujeres y hombres y asegura que días como el de hoy tienen un gran impacto en la salud mental de las mujeres .

¿Cuál es la importancia del 8M desde una perspectiva psicológica? 

–Bueno, yo creo que es importante tener en cuenta que el 8M no solo es una fecha de reivindicación política y social, sino que efectivamente también tiene un impacto en la salud mental de las mujeres.

Hay que entender que la opresión de género genera estrés, ansiedad y agotamiento emocional.

La movilización y la alianza actúan como una forma de resistencia emocional ante un sistema que históricamente ha ignorado o patologizado el malestar de las mujeres en lugar de reconocer sus causas estructurales.

Hay que entender que la opresión de género genera estrés, ansiedad y agotamiento emocional. Y esta jornada permite visibilizar esas cargas psicológicas y COLECTIVIZAR la lucha. La colectivización tiene un impacto positivo en la salud mental porque reduce el aislamiento, valida experiencias y genera un sentido de pertenencia y de apoyo emocional.

Por eso, movimientos como el 8M, no son sólo herramientas de cambio social, sino también un acto de cuidado y resistencia psicológica.

marina Martínez psicóloga, entrevista DNA

¿Cómo afecta la lucha por la igualdad de género a la salud mental de las mujeres?

–Pues tiene un doble efecto. Por un lado, brinda sentido de pertenencia y empoderamiento. Sin embargo, también puede generar desgaste emocional, especialmente debido a la violencia simbólica y real a la que muchas mujeres activistas se enfrentan: ataques, deslegitimación y el peso emocional de luchar contra un sistema que resiste al cambio.

Precisamente, esa sensación de nadar contracorriente puede generar frustración y desesperanza, por lo que es crucial el autocuidado y el apoyo mutuo.

¿Cuáles son los desafíos psicológicos a los que se enfrentan las mujeres por los estereotipos de género?

–(Uf...). Desde la infancia, a las mujeres se nos ‘educa’ en la complacencia, la autoexigencia y la culpa. Podemos imaginar lo que esto impacta en la autoestima y la percepción del éxito y el fracaso.

La carga mental del trabajo no remunerado, la presión por cumplir con estándares de belleza inalcanzables y la infantilización en espacios laborales, por ejemplo, son algunos ejemplos de estos estereotipos.

Además, el síndrome de la impostora y el miedo a no ser suficientes siguen siendo barreras psicológicas que cargamos en mayor proporción las mujeres en nuestro día a día.

Desde la infancia, a las mujeres se nos ‘educa’ en la complacencia, la autoexigencia y la culpa. Podemos imaginar lo que esto impacta en la autoestima y la percepción del éxito y el fracaso.

¿Cómo influye el apoyo social en el bienestar psicológico de las mujeres durante movimientos como el 8M?

–El apoyo social es clave para amortiguar los efectos negativos del machismo en la salud mental. Y digo amortiguar, que no combatir.

El 8M genera espacios de apoyo y alianza donde las mujeres podemos validar nuestras experiencias, compartir estrategias de resistencia y sentirnos acompañadas en nuestras luchas particulares. 

¿Cómo pueden las mujeres empoderarse psicológicamente y luchar contra cualquier tipo de desigualdad que puedan estar sufriendo?

–Básicamente, el empoderamiento psicológico comienza con la toma de conciencia sobre las estructuras que generan desigualdad y la desnaturalización de las violencias cotidianas (micro y macro, porque las microviolencias parecen invisibles y dañan tanto o más).

Es fundamental trabajar la autoestima desde una perspectiva feminista, entendiendo que muchas de nuestras inseguridades han sido socialmente construidas.

Entre otras creencias, nos han transmitido, en diferentes ámbitos, la idea de que tenemos que luchar unas contra otras. Por eso, la educación en derechos, la terapia con enfoque de género y la construcción de redes de apoyo son clave. 

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las mujeres?

–Que nuestra rabia es legítima, nuestro dolor es válido y nuestra lucha es justa. Que nos han hecho creer que debemos ser perfectas, pero nuestra fuerza está en nuestra humanidad y en nuestro apoyo colectivo.

Que el autocuidado no es egoísmo, sino una estrategia de supervivencia. Y por supuesto, que juntas somos más fuertes.