Para Aitor hoy es su última mañana en Valencia. A la tarde regresa a casa con otros dos compañeros. Al mediodía llega el relevo: cuatro bomberos de Álava voluntarios para seguir ayudando a los vecinos que lo han perdido todo arrasados por la DANA el 29 de octubre.

Desde esa noche sus vidas han quedado paradas. “Es un escenario de guerra, las calles siguen llenas de barro y lodo, los escombros se acumulan a los lados en las aceras, hay garajes que vuelven a inundarse 20 o 30 centímetros, polígonos industriales y comerciales donde trabajaban miles de personas casi han desaparecido”.

Son las palabras de Aitor, un bombero de Álava que después de cuatro días en Valencia, vuelve esta noche a la base de Nanclares. Como cientos de bomberos que no paran ni un minuto en Alfafar, Catarroja, Massanassa, Sedavi, Paiporta,... cansados, reventados de trabajar y durmiendo mal.

Bomberos de Álava en Valencia Cedida

En casa le esperan, y el miércoles tiene que volver al trabajo. Pero lo tiene muy claro: “no van a dejar a los vecinos, necesitan recuperar sus vidas, por salud mental”.

La importancia de recuperar un ascensor

El domingo por la mañana estuvieron seis bomberos de Álava rastreando la Albufera y otros seis limpiando y achicando agua en garajes y bajos.

Aitor reconoce que el trabajo en la Albufera es “un poco frustrante” porque se avanza poco, hay miles de hectáreas anegadas, y a veces rastrean una zona que ya había sido mirada por otros compañeros.

“Lo más gratificante estos días es estar en los pueblos ayudando a los vecinos, que lo necesitan”, confiesa Aitor.

Siguen sacando agua de garajes, donde a veces vuelven a inundarse estos días 30 o 40 centímetros. Y sacando agua de ascensores, algo muy importante para los vecinos.

Un bombero de Álava en Valencia Cedida

“Que recuperen el ascensor, aunque pueda parecer poca cosa en esta tragedia, para muchos vecinos supone recuperar parte de sus vidas, es muy importante para ellos por salud mental”.

El domingo por la tarde acompañaron a unos vecinos de Alfafar a entrar en sus garajes por primera vez desde el fatídico 29 de octubre.

Murieron muchos vecinos en Alfafar, les cuentan a los bomberos de Álava, que están viendo cómo el agua subió hasta dos metros en los garajes, “no tuvieron escapatoria”.

“Una señora, al verlo, se nos derrumbó, ya no podía más, nos contó que su marido falleció en la pandemia… y ahora esto. Los vecinos quieren hablar, necesitan contar todo lo que les está pasando, por salud mental”, dice Aitor, “hay que animarles y no dejarles solos”.

Un mensaje a los vecinos

Este lunes están limpiando todo el material lleno de barro, como las electrobombas, para que todos los compañeros que van a seguir viniendo de Álava puedan continuar con los trabajos. 

Bomberos de Álava que les dejan un mensaje a los vecinos de Valencia: “pausuz pausu aterako zarete, mucho por hacer”.