Las consultas de Alergología de la OSI Araba acostumbran a vivir en primavera, como la que acaba de concluir, su particular temporada alta de trastornos de salud provocados por los pólenes, de muy distintas especies. Y este 2023 que los expertos pronosticaban como leve en estas latitudes no ha sido una excepción.

Un trabajo intenso

Para profesionales como Olga Uriel, médica adjunta de Alergología en la organización sanitaria alavesa, el trabajo, de hecho, ha sido intenso en los tiempos recientes.

“Este año estamos viendo picos importantes de pólenes, probablemente más de lo que se predijo en un principio”, asegura esta profesional en conversación con NOTICIAS DE ÁLAVA.

La OSI Araba atiende anualmente “entre 2.000 y 2.400” primeras consultas de pacientes con síntomas alérgicos, el 25% de ellas a los pólenes, un volumen creciente que todas las previsiones apuntan a que irá a más. 

“Estamos viendo picos importantes de pólenes, probablemente más de lo que se predijo”

Olga Uriel - Médica adjunta de Alergología en la OSI Araba

Por si esto fuera poco, “lo más habitual” desde hace ya unos años en consultas como la de Uriel es ver a pacientes polisensiblizados, alérgicos por tanto a varios componentes o especies distintas.

“Van encadenando una alergia con otra y los síntomas se alargan durante mucho más tiempo”, expone la alergóloga.

Lamentablemente, la mano humana está detrás de esta realidad, según coinciden los expertos en la materia. Lo corrobora también Uriel: “se habla del cambio climático, que afecta a la calidad de los alérgenos y a su distribución, y también de la contaminación, que agrede las vías respiratorias. Los pólenes son más agresivos y los síntomas se perpetúan”, expone la profesional alavesa. 

Agravamiento

Superados ya los peores tiempos de la pandemia, esta última primavera ha estado también marcada en consultas como la de Uriel por el agravamiento de los síntomas alérgicos en un número importante de pacientes.

“Me ha llamado la atención que ha venido gente que había estado más o menos estable en los últimos años, quizá por salir menos o usar más la mascarilla, pidiendo consulta urgente por un aumento notable de los síntomas, incluidas las crisis de asma”, apunta la especialista. Este fenómeno se ha dado “sobre todo” en mayo y en el actual junio. 

Una mujer con síntomas alérgicos, a punto de estornudar. Redaccion DNA

Las gramíneas, especies tan comunes en Álava como el trigo, la cebada o la avena, son ahora las reinas, aunque combinadas con un nuevo elemento que hace un tiempo era más propio del verano: la alternaria, un hongo ambiental que “cada vez está más presente” y da “muchos problemas”.

“Estas dos últimas semanas hemos tenido picos niveles altos tanto de gramíneas como de alternaria”, apunta Uriel.

De aquí a las próximas semanas todo dependerá de la meteorología. “Lo peor es que haya un calor abrumador y humedad”, apunta la especialista.

Un recorrido por 2023

¿Y qué ha dado de sí 2023 en su conjunto en la unidad de Alergología de la OSI Araba? El impacto de los pólenes de los árboles, más propios del invierno, se hizo esperar más que en años previos debido a la escasez de precipitaciones.

“Hemos observando picos altos de pólenes de árboles que son de invierno en plena primavera. Por ejemplo el ciprés, que cada vez se planta más. Aunque es de febrero o marzo, nos ha dado problemas incluso en mayo", según Uriel. 

Volviendo a los compases iniciales de este año, la alergóloga apunta que en enero solo se vieron en su consulta “cosas anecdóticas”, como unos “muy bajos” niveles de cupresaceas –a las que precisamente pertenece el ciprés– y de avellano.  

Una mujer alérgica se suena la nariz. Archivo DNA

El ciprés sí que mostró “niveles altos” en febrero, encadenando su incidencia en marzo con la del fresno y “esporádicamente” también con la del chopo. Ya en abril hizo acto de presencia el plátano de sombra, que según certifica la profesional dio “niveles muy altos” durante la primera quincena de ese mes.

Las especies más problemáticas

Esta especie es, junto con el ciprés, una de las que más problemas dan en las consultas de alergología por lo agresivo de sus síntomas, según expone la especialista.

“El plátano de sombra da niveles muy elevados y deja a veces también síntomas bronquiales”, expone Uriel. Las cupresáceas, por su parte, suelen complicar especialmente la salud del alérgico 48 horas después de los primeros síntomas, que también pueden llegar a ser muy molestos. 

En cualquier caso, “cada vez se ven más alergias a más árboles diferentes”. El pasado mes de mayo, de hecho, fue el roble el que desprendió unos niveles “altos y moderados” de polen a nivel local. 

"Muchos avances" en la vacunación. Afortunadamente para las personas alérgicas, las armas terapéuticas para hacer frente a esta molesta reacción del sistema inmunitario son cada vez más eficaces y variadas. Olga Uriel, médica adjunta de Alergología en la OSI Araba, apunta de hecho que hay “muchos avances” en la vacunación, tras más de 100 años de investigación en este campo. “Han mejorado mucho, aunque cada paciente debe seguir un patrón. Es importante hacer un buen estudio para llevar a cabo un tratamiento casi personalizado. No todo vale para todos”, apunta la profesional. Al margen de la vacunación, la medicación indicada para los pacientes con síntomas también ayuda notablemente. Ahí están, por ejemplo, los corticoides nasales, los antihistamínicos, los colirios o los propios inhaladores. Cualquier ayuda es buena para contrarrestar los síntomas de unas enfermedades alérgicas que, según coinciden todos los expertos, están al alza. Ya en 2018, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) hablaba de que la mitad de la población será alérgica a algún compuesto de aquí a 2050.