El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, no ha pasado por alto durante su homilía de este miércoles en el santuario de Estíbaliz la coincidencia de la fiesta patronal con el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, ni dos de los conflictos bélicos más cercanos, los que están sufriendo las poblaciones civiles de Ucrania y Gaza.
La primera referencia ha llegado antes de finalizar la misa, que ha contado con el acompañamiento de la agrupación coral Vicente García, cuando Elizalde ha reclamado más medidas para proteger la salud de la clase trabajadora.
“Ahondemos en la cultura de la prevención y la salud laboral, mientras instamos a las autoridades políticas a implementar medidas que garanticen un entorno de trabajo seguro y saludable”, ha remarcado el obispo de Gasteiz.
Elizalde ha recordado también a los trabajadores fallecidos en Álava en siniestro laboral, elevando una oración por ellos y “por los más vulnerables y necesitados”.
“Ahondemos en la cultura de la prevención y la salud laboral mientras instamos a poner medidas”
Tampoco ha olvidado el prelado las guerras, pero no solo las dos ya citadas.
“Pedimos por la paz cuando hablamos de los más de 50 conflictos armados hoy; cuando hablamos de la masacrada Ucrania, en palabras del Papa; cuando hablamos del genocidio en Gaza, donde se calculan más de 35.000 los muertos, en su mayoría mujeres y niños y más de 80.000 heridos como respuesta desproporcionada de una nación democrática al injustificable ataque terrorista del pasado 7 de octubre”, ha apuntado.
En este punto, Elizalde ha denunciado también “la mirada cómplice e impasible de casi todo el mundo” y ha suplicado por el fin de esta situación. “El mundo necesita paz, de manera urgente”, ha apuntado.
“Rodeados de injusticias, imposible la alegría si no es luchando por la justicia”, ha enfatizado Elizalde en otro momento de su homilía.
Autoridades
La misa mayor ha comenzado a las 11.00 horas con la presencia de autoridades como la consejera vasca de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales en funciones, Nerea Melgosa; la presidenta de la Juntas Generales de Álava, Irma Basterra; o las diputadas forales Jone Berriozabal, Amaia Barredo y Ana del Val, así como concejalas del Ayuntamiento de Vitoria y procuradores.
La misa ha sido presidida por el propio Elizalde y concelebrada por el vicario general Carlos García Llata y el capellán de Estíbaliz, Padre Rafael, y ha contado con la presencia de la comunidad custodia de Estíbaliz, compuesta en la actualidad por las 18 jóvenes monjas que integran la congregación de las peregrinas de la Eucaristía.
Al frente de ellas, el Padre Francesco y la Madre Amada, fundadores de esta orden.
“Pedimos por la paz cuando hablamos de los más de 50 conflictos armados hoy”
En su homilía, Elizalde ha ensalzado un día como el de hoy, marcado por la “alegría”, antes de recordar que “donde está Cristo nace la alegría”.
Acto seguido, el prelado ha desgranado tres aspectos que la fomentan como son “el agradecimiento, la juventud y la justicia”.
Especialmente agradecido se ha mostrado el obispo a “la Diputación alavesa y al Ayuntamiento de Vitoria por restaurar el santuario al inicio del siglo XX” y a los obispos pasados por su "tenacidad" en dar vida a este lugar, como ha sido el caso de Leopoldo Elijo Garay, “quien trajo a los benedictinos del Monasterio de Silos para custodiar este renacer de Estíbaliz”.
Para hablar de juventud, se ha referido el obispo a la nueva comunidad religiosa que ha cogido el relevo de los monjes. Por último, la tercera fuente de alegría la ha encasillado Elizalde en esa justicia pendiente en tantos rincones del planeta.
El obispo ha invitado a los asistentes a sumarse a la clausura del Año Jubilar, este próximo domingo –a las 19.00 horas– con el cierre de la Puerta Santa.
