¿Qué lectura hace del hecho de que el PNV haya ganado en los barrios de mayor renta de Vitoria y en cambio Bildu refuerce su penetración en los nuevos distritos?

–El voto es tan cambiante en Vitoria en las diferentes elecciones que no se trata tanto de que los barrios con mayor nivel económico voten a unas tendencias y otros a otras; en cuatro años te puedes encontrar situaciones totalmente distintas. En Vitoria la fidelidad del voto es muy baja.

Por otro lado se recuperan en Vitoria como segunda fuerza tras terminar cuartos en las pasadas municipales, aunque hayan perdido dos escaños respecto a 2020.

–Sí, y hay que tener en cuenta también que quedamos cuartos en Vitoria con 3.500 votos de diferencia, que fueron 200 en el caso de las Juntas Generales, nos quedamos muy cerca del primero. En estas elecciones nos hemos quedado a 2.500 votos de Bildu, cuando entre el segundo y el tercero hay una diferencia de casi 12.000 votos. La diferencia es muy pequeña, son datos reversibles de unas elecciones a otras, y en ese sentido vamos a trabajar en los próximos años, despejados desde el punto de vista electoral, para liderar las votaciones en Vitoria la próxima vez.

¿Están satisfechos con la campaña realizada en estas dos semanas? ¿Cree que ha influido, para bien o para mal, o las tendencias venían ya muy marcadas de antes?

–La campaña ha sido poco campaña, diferente, por ejemplo, de la del 23 de julio, con una polarización a nivel del Estado que aquí no habido. Aquí la política es más calmada, y tiene que haber una cierta tensión electoral para que se puedan presentar las propuestas. Ha habido un partido político, EH Bildu, que ha querido hacer una campaña de perfil muy bajo, por lo que ha sido muy difícil que tomara velocidad de crucero. En la segunda semana, el martes, empezó a haber más nivel, pero más por un error comunicativo, seguramente una constatación de lo que pensaba el candidato. Los errores dan lugar a que se genere polémica y se entre de verdad en campaña.

En el conjunto del territorio la noche resultó ajustada, con 25 municipios para Bildu y 24 para PNV, empates a votos en casos como el de Laudio y menos de 4.000 sufragios de diferencia en total. ¿Sienten que se quedaron cerca de revertir las encuestas?

–Faltó poco para superar a EH Bildu en Álava, la diferencia en todo el territorio fue de 3.700 votos, y la clave ha sido la participación. Siempre en el territorio participa mucho más la gente que en Vitoria, y esta vez se ha reducido mucho en relación a las medias, nosotros hemos sido siempre mayoritarios en el territorio y a menor participación habrá menos electores que nos han votado. Ese factor nos podría haber dado el octavo parlamentario.

Suso ante la sede del Araba Buru Batzar. Jorge Muñoz

Echando un vistazo al mapa electoral, es llamativo ver cómo el PNV ha aguantado en Añana o la Rioja Alavesa ¿Por qué ha podido tener más predicamento su mensaje en esta zona del territorio y no en otras?

–Es bastante fácil de explicar, la penetración de Bildu tanto en Añana como en Rioja Alavesa es mucho más baja que en el resto del territorio. Bildu es fuerte en Gorbeialdea y Llanada, preferentemente y hasta ahora, y en Añana tiene más peso el PPcomo segunda opción, también en Rioja Alavesa.

El PNV ha salido ganador en votos en Euskadi, pero empata a escaños con EH Bildu. ¿estamos ante un cambio de ciclo político o se trata de un resultado coyuntural?

–No hay un cambio de ciclo, al menos como se puede entender desde un punto de vista político;pero sí es cierto que ha habido una recomposición del voto. El voto delPNV ha sido similar a la mayoría de las elecciones comparables, y las del 2020 no son comparables porque hubo una alta abstención a causa de la pandemia. En 2012 tuvimos 27 escaños, en 2016 tuvimos 28 con más participación que ahora, y esta vez hemos tenido 27; con una participación de dos o tres puntos más también habríamos tenido 28. Estamos en nuestros números. Lo que ha ocurrido es que en ala ideológica izquierda ha habido una recomposición del voto, la suma prácticamente no ha variado, Bildu ha recogido un voto que estaba de alguna manera sin alma porque no entendía la separación de dos partidos, y eso les ha favorecido. Dentro de cuatro años se pueden ver muchas cosas, es una inmensidad, hoy día la política va a tal velocidad que no podemos ni pensar cuál será entonces la situación.

¿Se acertó con la apuesta por Imanol Pradales como candidato el lehendakari para sustituir a Urkullu?

–Con los resultados que hemos tenido creo que se puede decir que se ha acertado, pero no se trataba de cambiar al lehendakari, sino de que entrara una nueva generación, y en ese sentido Imanol Pradales representa a esa nueva generación. Los cambios siempre son complicados, pero creo que los resultados no hubieran sido diferentes sin ese cambio.

El PSE pide ahora más peso en el futuro Gobierno Vasco. ¿Cree que es legítima esa reivindicación, habida cuenta de que han sacado dos escaños más que en 2020?

–Tenemos experiencia en negociar con diferentes partidos, pero sobre todo con el PSE. Yo negocio en Álava con Cristina González y la verdad es que normalmente se sabe hasta dónde se puede llegar. Cuando se pongan las cosas encima de la mesa se llegará a un acuerdo, lo importante es que el programa de Gobierno cumpla los objetivos que nos hemos planteado en esta campaña, y que sean objetivos que las dos partes estemos de acuerdo en llevar a cabo y los plasmemos en la acción de gobierno.

Ahora toca elaborar un programa para los próximos cuatro años. ¿Cómo van a mejorar la sintonía con la ciudadanía y los servicios públicos más cuestionados?

–No tengo ninguna duda de que se van a poner todos los esfuerzos por parte del próximo Gobierno para resolver estas disfunciones que hemos tenido en diferentes servicios públicos, y en especial enOsakidetza. No nos podemos poner una venda en los ojos, los que hemos hecho la campaña sabemos perfectamente que es uno de los grandes problemas que nos traslada la ciudadanía, y por tanto desde el minuto uno nos tenemos que poner a resolver esa situación entre los dos partidos que formarán el gobierno, sumando. También sabemos que parte del voto al PNV es un voto crítico, te doy esta oportunidad, pero quiero que mejoréis y se resuelvan esos problemas, que están causando mucha tensión emocional y personal. No tengo ninguna duda de que ese va a ser el eje fundamental del programa de Gobierno.

¿En qué medida el nuevo reparto de escaños puede afectar a la cuota alavesa del PNV en el Gobierno Vasco?

–Aquí no hay cuotas, en las últimas elecciones tuvimos nueve parlamentarios y una consejera. El lehendakari tiene que hacer un equipo, y puede ser vizcaíno, guipuzcoano, navarro o alavés. No le voy a negar que me gustaría tener una representación mayor que la que hemos tenido esta legislatura, pero también tengo claro que quien tiene que hacer el equipo es el lehendakari. Hay que esperar a esa decisión, que no va a llegar antes de dos meses.

¿No va haber presiones de los diferentes territorios para tener visibilidad en ese gobierno?

–Si nos preguntan diremos lo que pensamos, pero el lehendakari es quien debe elegir su equipo.

¿Con el panorama que dejan las últimas citas electorales, ¿cómo se plantean su relevo al frente del ABB? ¿Qué perfil debe tener su sucesor o sucesora?

–Eso lo deciden los afiliados, yo en ese proceso represento un voto, mi perfil es el mío y el que venga lo decidirán los afilados. En este partido no te presentas a las elecciones, te presentan, y además no estamos para nada en eso, cuando llegue, llegará, y veremos cuál es la decisión de la afiliación al respecto. Yo esperaré hasta entonces, no tengo más opción como miembro que soy de una organización municipal que dar el voto a quien considere, pero nada más.

¿Y cuál es su opinión como afiliado?

–No puedo dar mi opinión como afiliado porque eso indicaría que me decanto por una opción u otra, pero bueno, mi opinión personal es que, como hemos hechos en otras áreas de la política, como las instituciones o las listas electorales, hay que rejuvenecer nuestros órganos internos, pero esta es una opinión puramente personal. Hay que mantener una relación con personas de edad, pero también introducir ya en las responsabilidades internas a personas más jóvenes.

¿La elección de una persona joven y con proyección como Joseba Díez que decidió la militancia puede ser una guía para este proceso?

–Yo en el caso de Joseba Díez estaba totalmente de acuerdo con la propuesta que salió adelante. La militancia tiene que decidir siempre, y yo fui uno de los militantes que le apoyó.

Si Andoni Ortuzar decidiera también dar un paso a un lado a medio plazo en el EBB, ¿qué condiciones debería reunir quien le reemplace?

–Ahí también son los militantes los que proponen a las personas, dependerá del propio Andoni Ortuzar, porque tiene que aceptar si es propuesto;y va a depender sobre todo de lo que la afiliación proponga. Estamos un poco lejos todavía de eso en el tiempo, en este momento tenemos que ver qué ha pasado en estas elecciones, cómo podemos solventar los problemas que nos ha puesto encima de la mesa la ciudadanía, y luego ya vendrá lo que tenga que venir. El PNV tiene banquillo suficiente para todos sus cargos.

En apenas unas semanas llegan las europeas, con un modelo muy diferente en cuanto a circunscripciones y ámbito geográfico. ¿Se puede tomar como una reválida de las autonómicas?

–Para nada. Las elecciones europeas van a ser unos comicios estatales de los partidos estatales. El PP lo llevará seguramente a un plebiscito sobre Sánchez, y Sánchez va a intentar tener un buen resultado para trasladar a Feijoó que las cosas no han cambiado. Nos van a llevar a esa foto, que para nosotros no es buena, porque queremos trasladar a la ciudadanía qué pretendemos hacer en Europa, porque Europa es un actor fundamental en el desarrollo político de Euskadi, y seguramente con esta confrontación, como ya sucedió el 23 de julio, se quede en una pelea entre Feijoó y Sánchez, y no estamos hablando de eso, estamos hablando de lo que nos jugamos en Bruselas en los próximos años, y lo importante que es Bruselas en la toma de decisiones que nos afectan en el día a día.