El viernes 10 de diciembre de 2021 es una fecha que los vecinos de Asteguieta difícilmente borrarán de su memoria. Ese día, su barrio-pueblo a las afueras de Vitoria, el primero que tuvo un centro comercial, un Eroski hoy abandonado, amaneció inundado. La crecida del Zadorra, como consecuencia de las continuas e intensas precipitaciones que se registraron durante tres semanas seguidas, cortaron carreteras, anegaron fincas, empresas, como una de muebles de cocina y un taller de coches, y los Bomberos tuvieron que desalojar varias viviendas. Una de ellas era la de José Ramón Sánchez Fernández de Luco, nacido en este concejo hace 58 años y fiel de fechos de su junta administrativa. 

Entonces, las consecuencias de las inundaciones fueron intensas. La concatenación de las intensas lluvias y del desembalse del pantano hicieron imposible la vida a muchos vecinos. Ni en Asteguieta ni en otras zonas de Gasteiz, como Abetxuko, o de las inmediaciones de la capital alavesa, como Durana, habían padecido una crecida del sistema hídrico del Zadorra como la que se vio en el final del año 2021.

 “Yo llevo dos meses fuera debido a que se me ha dañado toda mi casa. Vivo en una planta baja de un edificio de tres plantas, que justo está detrás de Eroski, y detrás estaba también un río que el Ayuntamiento tapó y entonces hizo un camino, con lo cual, el agua, siempre que hay casos de estos, entra por ahí, pero nunca antes me había pasado tanto como lo de esta vez. Pasé sin dormir dos o tres días y me dijeron que me marchara de allí”, recordaba Sánchez Fernández de Luco.

La zona más afectada

No en vano, Asteguieta se convirtió en uno de los entornos con población asentada más afectada por las crecidas en Vitoria-Gasteiz en diciembre de 2021, ya que se trata de una localidad, que en parte reside en una zona altamente vulnerable a la inundabilidad y, en consecuencia, sus viviendas se inundan hasta con crecidas con periodos de retorno menores al del último episodio vivido.

Es por ello que Sánchez finalmente tuvo que abandonar su hogar “porque estaba lleno de agua, me destrozó el suelo, las puertas y paredes. Y lo que hice fue irme a una casa de al lado, pero estaba casi todo el tiempo en la mía porque tuvimos que coger bombas para achicar el agua. Tuve que tener durante dos semanas y pico humificadores industriales, aparte de lo que he gastado en luz. Y si sigo fuera es porque todavía estoy de obras”. 

Según explicó entonces la Agencia vasca del Agua (URA), la solución requiere que se acometa la fase IV del proyecto de defensa contra inundaciones del río Zadorra en el Casco urbano de Vitoria Gasteiz, con la que se busca aumentar la capacidad hidráulica del Zadorra en el tramo comprendido entre la EDAR de Krispijana y la localidad de Gobeo.