La Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha condenado a un total de 21 años y 6 meses de prisión a un vecino de Murchante, Pedro María Ruiz Jiménez, que el 7 de julio de 2021 asesinó a su pareja, la vitoriana María Pilar Berrio Jiménez, de 43 años, a la que propinó 17 cuchilladas, una de las cuales le seccionó la yugular.
En una vista celebrada hoy a puerta cerrada, la sentencia ha sido dictada de conformidad tras el acuerdo alcanzado entre el Ministerio Fiscal, la acusación particular, la acción popular —ejercida por el Instituto Navarro para la Igualdad— y la defensa.
El condenado, que actualmente tiene 44 años, ha aceptado 20 años de prisión por un delito de asesinato, 6 meses por un delito de maltrato habitual, 6 más por quebrantamiento de medida cautelar y otros 6 por un delito de conducción temeraria.
Además, se le ha impuesto una medida de libertad vigilada de 6 años —a cumplir tras la pena de prisión—, así como 30 años de prohibición de acercamiento y comunicación respecto de los dos hijos menores de la víctima, a los que deberá indemnizar con 150.000 euros a cada uno. Asimismo, también abonará 25.000 € a la madre de la fallecida por el daño moral.
La sentencia considera probado que procesado inició una relación sentimental con la víctima en torno al mes de octubre de 2020. Ambos convivieron durante varios periodos en una vivienda que la mujer tenía en Murchante.
Golpes e insultos
A lo largo de dicha relación, el acusado en numerosas ocasiones golpeó, insultó y amenazó a su pareja, quien varias veces interpuso denuncias por maltrato. En virtud de una de ellas, un juzgado de Pamplona prohibió el 26 de junio de 2021 al encausado comunicarse y aproximarse a la denunciante a una distancia inferior a 100 metros durante la instrucción de la causa.
A pesar de dicha prohibición, de la vigencia y conocimiento de la misma, el inculpado acudió en varias ocasiones la noche del 6 al 7 de julio al domicilio y trató de acceder al mismo, al tiempo que la llamaba por teléfono.
La mañana del 7 de julio, sobre las 10 horas, el hombre acudió de nuevo a la vivienda. Cuando la mujer se marchó del mismo en un vehículo acompañada de sus dos hijos menores —nacidos en 2011 y 2016—, comenzó a seguirle en su coche.
Según recoge la sentencia, “guiado en todo momento por la voluntad de acabar con la vida” de su pareja, y a pesar de que estaba poniendo riesgo la vida no solo de ésta, sino también de los menores, la persiguió a gran velocidad cuando circulaba por la carretera NA-6840 (Tudela-Murchante) hacia la carretera N-121C (Tudela-Tarazona).
De esta forma, logró que la mujer se saliera de la vía por el lado derecho y circulara por el camino de servicio. El procesado le cerró el paso, dio un brusco giro al volante y colisionó por embestida con el otro coche.
"Le seccionó la yugular"
Tras lograr detener el vehículo de su pareja, se bajó del suyo con un cuchillo y se dirigió hacia ella, que seguía sentada en el asiento del conductor, “con clara intención de matarla”.
Ante esta situación, que le impedía a la víctima una mínima defensa, “le seccionó la yugular interna derecha”, que le causó la muerte a las 10.38 horas.
La sentencia considera probado que, con anterioridad, hasta que alcanzó la yugular, le causó varios cortes y heridas, hasta un total de 17, algunas de las cuales, como las producidas en el brazo derecho, mano y hombro izquierdo, fueron claramente defensivas, “en un vano intento de protegerse con las manos y brazos de las acometidas llevadas a cabo por el acusado con el cuchillo que portaba”.