EH Bildu y PP han presentado sendas iniciativas en el Parlamento Vasco para evitar accidentes con el dióxido de carbono que desprende el vino en su fermentación, como el que el pasado 1 de octubre se cobró la vida de Félix Crespo y Gerardo Jubera, de 61 y 60 años, en la bodega Crespo Zabala de Lanciego.
EH Bildu propuso elaborar un protocolo de prevención y ayudas públicas para que las pequeñas bodegas puedan hacer las inversiones de seguridad necesarias. La coalición abertzale defenderá en el Parlamento Vasco y en las Juntas Generales de Álava una proposición no de ley en la que se pide al Gobierno autonómico, Osalan, diputaciones, bodegas y sindicatos que definan un protocolo en el que se precise con qué medidas de seguridad deben contar las bodegas.
La parlamentaria Itxaso Etxebarria y la juntera Eva López de Arroyabe explicaron ayer que un informe del Gobierno Vasco de 2019 constata que son “pocas” las bodegas que cuentan con una correcta ventilación, con medidores de CO2 o con equipos de respiración.
“Medios y remedios”
Por su parte, el popular Carmelo Barrio informó de que su grupo registró la semana pasada en el Parlamento Vasco una proposición no de ley para pedir que las instituciones “pongan los medios y los remedios para que 2024 sea año de cero muertes por el ‘tufo del vino’ y suponga un punto de inflexión”.
“Año tras año se suceden los accidentes en bodega, sobre todo en los momentos de fermentación alcohólica, que serían evitables si se dispusiera tanto de formación, como de los equipos adecuados”, defendió.
Asimismo, destacó el “alto porcentaje de almacenamiento de uva que acogen Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, que expone a situaciones de riesgo tanto a bodegueros como a trabajadores”.
Por ello, la iniciativa del PP pide que el Parlamento Vasco inste al Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, a Osalan, y en colaboración con las Diputaciones Forales, que establezcan “protocolos, formación y modelos de actuación seguros en los trabajos que acarrean peligro asociados al tufo en la elaboración del vino y la manipulación de la uva desde su recepción en bodega”.
Asimismo, solicita que en cada campaña de vendimia “ofrezcan información sobre los peligros que estas acciones acarrean y la forma de actuar ante ellos, e impartan anualmente jornadas de formación y sensibilización extra para trabajadores y empresarios de bodegas que redunden en las buenas prácticas y en la prevención”.
