Da igual a qué vecino de Lanciego o a qué bodega de esta localidad riojanoalavesa se pregunte por cómo eran Gerardo y Félix, los dos cuñados que fallecieron este domingo en la de Crespo Zabala, porque su respuesta siempre es la misma: “Eran dos personas muy conocidas, trabajadoras, muy buenas y queridas en el pueblo”.

“Félix era el primo de mi pareja y era muy buena gente y muy querido en el pueblo"

Así de claro, por ejemplo, lo tiene Cristina Blanco, gerente junto a su hermano, de las bodegas Blanco Pérez de Azpillaga, creada a finales de 2013 en Lanciego: “Félix era el primo de mi pareja y era muy buena gente y muy querido en el pueblo. Siempre dispuesto a ayudar”.

Vecinos de finca

“Yo soy de Yécora y compré una bodega en Viñaspre y él era vecino de esta localidad, en el municipio de Lanciego, y teníamos fincas al lado"

A Félix también puede ponerle cara muy bien Enrique Jalón, propietario de la bodega Ezki, que se estrenó en el mercado en 2019. “Yo soy de Yécora y compré una bodega en Viñaspre y él era vecino de esta localidad, en el municipio de Lanciego, y teníamos fincas al lado. Era una persona muy trabajadora. A Gerardo, en cambio, no le conocía tanto. Sé que en su día tenía una empresa de autobuses, pero luego le perdí la pista. Eran muy conocidos en el pueblo y buena gente, honrada”, destaca Jalón.

Una vecina de Lanciego, al frente de otra bodega, que prefiere mantenerse en el anonimato, sabe que Gerardo venía “muchísimo por el pueblo”, pero al que conocía más también era a Félix.

Sin maldad alguna

Y también formaba parte de su familia: “Una buena persona. Muy conocido en el pueblo, de los que no tenía enemigos, aunque sea lo típico que se dice en estos casos”, describe al instante.

"Eran gente experimentada, que no entran sin saber"

La presidenta de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA), Itxaso Compañón, les conocía también, al residir en Lanciego “porque es un pueblo muy pequeño y nos conocemos todos. Eran unas personas que habían hecho esto muchas veces. Eran gente experimentada, que no entran sin saber. Tenían los conocimientos... Es comprensible que si se te cae tu familiar, intentes sacarlo. Ha tocado tan cerca...”.

Lo cuenta con una gran emoción, que dificílmente pueden disimular estos días en Lanciego