El Ayuntamiento de Gasteiz cerró el ejercicio 2022 con una deuda viva de 103,92 millones de euros, una cifra menor que la del año previo y que ha llevado un ejercicio más al Consistorio a cumplir con el límite establecido por las reglas fiscales. Según el último informe del Interventor, Vitoria presenta además “equilibrio de estabilidad presupuestaria”, pues el año pasado tuvo una capacidad de financiación de un 9,88% respecto a sus ingresos no financieros, y cumplió también con el periodo medio de pago a proveedores, que supuso una media de 17,79 días –similar al año previo–. Sin embargo, la institución local volvió a incumplir –como ha hecho “históricamente”, según Alfredo Barrio– la regla de gasto, ese techo legal establecido para garantizar la sostenibilidad de sus Cuentas, en 23,1 millones de euros.
El interventor, aún subrayando que a efectos de salud económica sería “bueno” cumplir con las cuatro magnitudes citadas, recordó que las reglas fiscales siguen suspendidas desde el año 2020, el de la irrupción de la pandemia.
El nuevo titular de Hacienda en el Ayuntamiento, Jon Armentia (PSE), mostró su “voluntad” de cumplir a futuro “con todas las magnitudes” y puso en valor la “buena tesorería” de la que goza el Ayuntamiento, en la línea de su antecesor en el cargo y de nuevo compañero en el ejecutivo, Iñaki Gurtubai (PNV).
Desde la oposición, Rocio Vitero (EH Bildu), Blanca Lacunza (PP) y Óscar Fernández cuestionaron, por distintas razones, la gestión municipal en este ámbito. “Siempre son los mismos problemas y no vemos que haya ningún cambio”, censuró la primera, muy crítica con esos contratos menores “legales, pero difíciles de justificar”. La representante popular censuró el desfase en la regla de gasto –“no hemos hecho las cosas bien”, dijo–, mientras Fernández instó a trabajar por una financiación “mucho más solvente” frente a “futuras crisis”.