Igualdad, migración, mayores, urbanismo, sector primario, desarrollo económico y empleo, para Aiara Batuz; y cultura, deporte, educación, euskera, juventud, medio ambiente, movilidad, función pública, salud social, hacienda, contabilidad y juntas administrativas, para EH Bildu.
Así es como ha visto iniciar la legislatura el Ayuntamiento de Ayala, en el pleno extraordinario de organización celebrado esta semana, tras la sorpresa que se llevó el propio nuevo alcalde, Pruden Otegi de EH Bildu, al verse investido en el cargo el pasado 17 de junio, al recibir los inesperados votos de los tres concejales de la agrupación independiente Aiara Batuz, sin haber acuerdo alguno de por medio.
De hecho, fue la tercera fuerza más votada en los comicios municipales del 28 de mayo, logrando tres ediles, pero por detrás del equipo de Iratxe Parro (Aiara Batuz), con mismo número de ediles, y a bastante distancia de los cinco que logró el PNV del alcalde saliente, Gentza Alamillo, al que en estos próximos cuatro años, y contra todo pronóstico, le tocará liderar la bancada de la oposición.
Con todo, con este reparto de competencias y responsabilidades entre soberanistas e independientes no ha quedado todo atado, pues se trata de un acuerdo inicial, que se ha visto complementado con otras cuestiones que han definido cómo dirigir las relaciones entre los dos grupos, la frecuencia de las reuniones y cómo resolver los conflictos en caso de desacuerdo, al que aún le resta por establecer los acuerdos sobre el programa y cuáles serán los temas prioritarios.
Cabe recordar que Aiara Batuz, argumentando que la ciudadanía había apostado por el cambio, intentó alcanzar un acuerdo de gobierno con EH Bildu previo al pleno de investidura del alcalde, pero no fructificó, pues, según explicaron, les habían propuesto “gobernar conjuntamente, pero desde la oposición”. Algo que desde el grupo independiente rechazaron “porque creemos que paralizaría el municipio y sería perjudicial para nuestra ciudadanía”. Su apuesta era “por el cambio y por una nueva gestión, y eso solo se puede conseguir desde la Alcaldía, gobernando de manera diferente”, matizaron quienes rozando la medianoche del 14 de junio (tres días antes del nombramiento de alcalde), habían notificado que propondrían a su candidata como alcaldesa. Algo que, de haberse mantenido, hubiera dejado a cada formación con el respaldo de sus respectivos ediles y, por consiguiente, con el nacionalista Gentza Alamillo al frente del Ayuntamiento una legislatura más.
Por su parte, desde EH Bildu censuraron que en las últimas legislaturas los independientes habían estado muy cerca del PNV y aludieron “a la falta de confianza, algo que se debe trabajar con el tiempo” como motivo principal para haber rechazado un acuerdo de gobierno entre la segunda y tercera fuerza. Tras el inesperado respaldo de Aiara Batuz a su candidato, Otegi no tuvo más remedio que tomar la makila de regidor, manifestando ante el pleno su disposición a hablar y trabajar con todas las formaciones “en el camino de un cambio real en Aiara”. En las últimas semanas, ha sido el propio EH Bildu quien ha convocado una reunión con Aiara Batuz para asegurar la gobernabilidad municipal, cuyo acuerdo de reparto de responsabilidades se ha dado a conocer esta semana.