Echar la vista atrás y escarbar en los recuerdos más lejanos es un ejercicio muy habitual entre las personas adultas, lo hagan o no de forma deliberada. Y Pablo Zulaica Parra (1982), que guarda en Maeztu algunas de las memorias más especiales de su niñez, no representa una excepción a esta regla.

El escritor y periodista gasteiztarra, tras protagonizar esa “vuelta al pasado”, se percató un buen día de su propio desconocimiento de la “vida cotidiana” de este rincón de Montaña Alavesa en el que sus abuelos, allá por 1962, lograron construir una casa de veraneo. “De cómo se viven las distancias con la ciudad, cómo se vacían los pueblos, los dilemas...”, enumera.

Y comenzó a madurar en 2015 la idea de “juntar asombros”, historias poco convencionales de la comarca que iba conociendo y coleccionando por el camino, para –quién sabe– dar forma a un libro. “Toda escritura se empieza desde una incomodidad, de algo que tienes dentro. Y los primeros párrafos, sin saber muy bien para dónde iban, los hice en India, donde estaba trabajando”, rememora.

Fue la embrión de Gente de otro pelo, cuarto libro de Zulaica Parra, que recoge quince historias “de ingenio, audacia y tesón” ambientadas en los pequeños municipios y concejos de la cuadrilla, y que cuenta con sus propios habitantes como protagonistas de excepción. “La mejor forma de contar un territorio es siempre a través de las personas”, justifica el escritor, cuya obra acaba de ver la luz a través de la editorial Sans Soleil y con el apoyo del Ayuntamiento de Maeztu. Por ahora se han impreso 500 copias que pueden encontrarse ya en las principales librerías de la ciudad.

De los patateros al inventor

Con los testimonios de esos vecinos como hilo conductor, actores principales a los que en todos los casos ha visitado en al menos dos ocasiones y diferentes etapas, y apoyado en un concienzudo trabajo de documentación, el escritor responde en sus relatos a algunas de estas preguntas: ¿Quiénes fueron los antiguos patateros y qué ha sido de ellos? ¿Cómo un vecino que creció aislado y sin estudios acabó fabricando quitanieves? ¿Por qué alguien se lanzaría a fundar en un pueblo minúsculo una comuna de vanguardia teatral en los años 80 del siglo pasado, al tiempo que unas maestras se revolvían para que no clausurasen su escuela rural?

De vuelta tras su periplo en el subcontinente asiático a Vitoria, donde a día de hoy reside de forma más o menos permanente después de largas temporadas en México, Zulaica Parra cogió una pizarra, dibujó un mapa y comenzó a pensar “qué podía haber en cada lugar” de la comarca para dar vida a los relatos. Durante el verano de 2017 recorrió los pueblos y las historias fueron surgiendo, tanto hablando con sus vecinos como a través de “sospechas” o del propio boca-oreja”, y esos asombros se multiplicaron. Tanto, que se juntó con “más de 600 páginas” de Word con notas transcritas. “Me gustaba la idea de hacer una historia por pueblo, pero iba a quedar muy encorsetado”, reconoce.

Así que un mismo relato puede saltar de Vírgala Menor a Apellániz y Maeztu, otro a Atauri, Korres y Leorza, e incluso salir en otros casos de la comarca para visitar la Llanada, lo que demuestra que la vida, al igual que a día de hoy, “no era estanca”.

Pese a centrarse en un micromundo que puede ser muy desconocido para el lector de fuera de Álava –e incluso de dentro–, Zulaica Parra ha buscado la “universalidad” para que los relatos puedan ser leídos y comprendidos desde cualquier parte del mundo. “Está escrito para que lo entienda un marciano que acaba de aterrizar y no entiende nada de lo que pasa”, compara. Además, el autor ha habilitado un blog colaborativo en https://gentedeotropelo.com para que quienes sí conozcan la vida de la comarca y las historias del libro y así lo deseen aporten sus comentarios.