Otua y las instituciones concernidas mantuvieron ayer una reunión técnica para analizar el plan de cerramiento de las naves que el grupo dedicado al reciclaje industrial gestiona en el polígono de Goiain.
El encuentro, donde se constató la voluntad de las partes por encontrar una solución definitiva a las molestias generadas por las empresas –en forma de ruido y contaminación–, se saldó con el compromiso de Otua de que en los próximos días concretará la superficie adicional que necesitaría edificar en cada una de sus parcelas para encapsular la totalidad de su actividad.
Se trata de un trámite imprescindible para que el cierre de las instalaciones obtenga la pertinente licencia de obras municipal, pues requiere de distintas modificaciones previas en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Legutio.
Nuevos encuentros
Así lo detallaron tanto fuentes municipales como del grupo empresarial a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA tras el encuentro, al que va a seguir una nueva reunión el próximo miércoles 15 a la que asistirán también las Juntas Administrativas.
Otua confía en llevar ya una propuesta concreta sobre la edificabilidad de cada parcela a este próximo encuentro, al que como novedad seguirá otro en las semanas posteriores.
Esta siguiente reunión, convocada ayer mismo, constata la intención del grupo empresarial y de las instituciones de no dilatar este trámite más tiempo del necesario.
Trabajo técnico
Técnicos de Otua se han puesto ya manos a la obra para analizar y calcular al detalle qué superficie complementaria necesitará ocuparse, empresa por empresa, para llevar a cabo los cerramientos. El grupo también ha contactado con abogados urbanistas para pulir el proyecto.
Las instalaciones estrictamente productivas del conglomerado empresarial, dotadas de fragmentadoras para romper los residuos industriales que trata, están ya totalmente selladas, por lo que las obras se centrarán en cerrar exclusivamente las zonas al aire libre donde se acopian los residuos.
Una vez encauzados los trámites administrativos, los trabajos se presuponen técnicamente sencillos, aunque tienen un coste ya estimado de más de seis millones de euros que la empresa se ha comprometido a costear.
Dada la cuantía de esta inversión, el grupo confía en lograr ayuda pública para acometer la financiación, tal y como se hace en actuaciones similares.
“El punto está ahora en identificar de cuánto volumen más estamos hablando para tapar lo que está al aire libre. Sobre el porcentaje que ya ocupamos en cada parcela, cuánto más hace falta para dar solución a esto”, remarcan desde Otua, antes de poner en valor el “buen clima para ir todos de la mano” de la reunión celebrada ayer.
Reuniones desde noviembre
Los encuentros entre las instituciones y el grupo empresarial para encontrar soluciones a los problemas derivados de la actividad de Otua se remontan a la recta final del año pasado.
La primera sesión de trabajo se celebró, en concreto, el 30 de noviembre, una reunión en la que Otua reiteró su disposición para buscar fórmulas que atenúen la afección ambiental de sus empresas, incluyendo el traslado al sur del polígono de Goiain de sus actividades más molestas.
Además, se puso ya sobre la mesa el proyecto para acometer el cubrimiento de las naves, que como ya se ha dicho se encuentra ahora a la espera de su adecuación a la normativa urbanística municipal.
En esa reunión, última hasta la celebrada ayer, las Juntas Administrativas detallaron también los problemas que sufren en relación con las emisiones, los olores y los ruidos de Otua, que derivaron en las primeras quejas vecinales al comienzo de esta legislatura.
La cifra
15 de marzo. Fecha en la que se celebrará la próxima reunión entre el grupo empresarial y las instituciones, a la que asistirán también las Juntas Administrativas.
Previsión
Más de seis millones de inversión. El grupo Otua, conformado por las firmas Reydesa, Deydesa, Zabor, Refial y Resal, estima que el coste de cubrir sus instalaciones dedicadas al reciclaje industrial en el polígono de Goiain (Legutio) superará los seis millones de euros de inversión, un coste que incluso podría alcanzar los 10 según fuentes de la propia empresa. A la espera de recibir la autorización municipal para poder acometer la obra, y dada la importante cuantía de la inversión, el grupo confía en lograr ayuda pública para esta financiación, tal y como se hace en actuaciones similares. El grupo presentó su primer boceto del proyecto de cerramiento de sus instalaciones hace cuatro años, cuando empezaron las primeras quejas vecinales.