Un grupo de vecinos de los pueblos del entorno del polígono industrial de Goiain han acudido en la mañana de este sábado a la comisaría de la Ertzaintza de Lakua para interponer denuncias por la grave situación de contaminación que sufren en su entorno, ocasionada por las empresas del grupo Otua, dedicado al reciclaje de materiales industriales. Los afectados se han concentrado además a las puertas del recinto policial para exigir la solución a un problema que pese a sus persistentes llamamientos a las instituciones no se termina de atajar.

La manifestación responde al hecho de que las mesas de trabajo creadas para impulsar un diálogo entre los residentes, la empresa y las instituciones “no están sirviendo para nada”. Así lo asegura Maika Campo, integrante de la plataforma Herriak Bizirik, quien afirma que “ninguno de los acuerdos a los que se llegó se ha puesto en práctica, y el mes de diciembre ha sido horrible. En enero en Urrunaga no nos estamos dando cuenta porque el viento va hacia Betolaza, pero con el viento sur es imposible vivir allí. El otoño ha sido terrible”, destaca.

"En enero en Urrunaga no nos estamos dando cuenta porque el viento va hacia Betolaza, pero con el viento sur es imposible vivir allí"

Maika Campo - Vecina de Urrunaga

Maika Capo Pilar Barco

Según explica, los vecinos conviven a diario con humos, ruidos, partículas en suspensión y restos tirados en las parcelas o en las fincas donde se alimenta el ganado. “Los días en que la situación es insostenible venimos a título individual, pero siempre hay gente a la que la da más pereza o no se atreve. Vista la situación que hemos vivido en diciembre pensamos en formar un grupo y apoyarnos unos a otros” señala.

La situación a día de hoy está estancada porque aunque el Gobierno Vasco había impuesto unas condiciones para renovar las autorizaciones ambientales integradas, Otua ha presentado recursos de alzada para implantar las mejoras exigidas en plazos más largos. “Se acordó que la resolución nos la iban a enviar en diciembre y no sabemos nada. También se valoró la posibilidad de colocar una unidad de medición permanente, porque ahora se hace cada quince días, y tampoco se ha llevado a cabo, explica la integrante de Herriak Bizirik, que con respecto al Ayuntamiento de Legutio, competente en materia de urbanismo, tampoco hay novedad. “Se supone que iba a haber reuniones técnicas, pero tampoco sabemos nada”, afirma.

Residuos peligrosos

Iñaki Abasolo, vecino de Urrunaga, también forma parte de Herriak Bizirik. “Entendemos que el grupo empresarial está avalado por alguien, porque ni siquiera se digna a hablar con la comunidad. Nosotros les hemos dicho repetidas veces que pese a que digan que cumplen con la legislación, aunque tenemos constancia de que no es así, la situación es inaudita; hay que estar ahí los días en que estas empresas trituran residuos peligrosos para ver realmente la magnitud del problema”, enfatiza.

“No se puede sostener que un reciclaje de residuos al mismo tiempo contamine el medio ambiente y haga peligrar la salud de las personas”

Iñaki Abasolo - Vecino de Urrunaga

Iñaki Abasolo Pilar Barco

Iñaki plantea el dilema entre el bien común que representa el reciclaje y el perjuicio que supone para todas estas personas. “No se puede sostener que un reciclaje de residuos al mismo tiempo contamine el medio ambiente y haga peligrar la salud de las personas”, subraya.

Ventanas cerradas en verano

Iñaki plantea un escenario cotidiano idéntico al que Maika narra a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA. “Cuando sopla viento sur y están a plena producción no se puede salir a la calle, el ambiente es irrespirable, el ruido te trastorna, y en verano a las noches tenemos que dormir con todas las ventanas cerradas”, denuncia.

Manuel Joaquín también vive en Urrunaga, y considera que ha llegado el momento de visibilizar más las reivindicaciones de los vecinos porque la situación es límite. “Yo dejo una cosa blanca en la calle, al lado de casa, y al día siguiente está negra del polvo que llega. Es una contaminación tremenda, y además están realizando vertidos al río Santa Engracia; yo no entiendo que no haya un organismo oficial que prohíba eso”.

"Yo no sé qué intereses ocultos habrá aquí, porque nadie hace nada”

Manuel Joaquín - Vecino de Urrunaga

Manuel Joaquín Pilar Barco

A Manuel el ruido nocturno no le afecta porque su casa es “un búnker, pero ha habido quien se ha tenido que venir a vivir a Vitoria porque no aguantaba. Alguien tiene que hacer algo para solucionar este problema”, reclama Manuel, quien se pregunta “qué intereses ocultos habrá aquí, porque nadie hace nada”.