¿Cuáles son las razones principales del sufrimiento emocional infantil y adolescente?
–Los menores por los que más llaman es por malestar psicológico. A veces no tienen ni siquiera muy claro lo que les está ocurriendo. Cuando hablamos de malestar psicológico, hablamos de chicos y de chicas que están tristes, que han tenido algún tipo de pérdida. Y no me refiero solo por el fallecimiento de alguien, sino por cambios, como separaciones de padres. También llaman por la relación entre iguales: dificultades al pensar de por qué me han echado de la cuadrilla y ahora no sé con quién ir. Son momentos de adolescencia, de mucho cambio, cuando no se entienden a sí mismos como para entender lo que les ocurre en el entorno y sí que realmente hay chicos y chicas que están viviendo una situación difícil porque, aparte de estar en esa etapa, el entorno también les está poniendo obstáculos.
¿Les cuesta hacer esa primera llamada?
–Buena pregunta. Tendríamos que preguntarles a ellos cuánto les ha costado, pero a algunos sí que les cuesta. De hecho, detectamos que hay los que llaman varias veces, sin decir nada, para saber qué tipo de adulto hay al otro lado. Sí que les cuesta llamar, pero muchos dicen que necesitaban hablar con alguien que no les vea.
“La principal casuística de las llamadas de los padres se debe a la preocupación por el acoso escolar”
En general, ¿de qué tipo de gravedad de casos hablamos?
–Somos generalistas y nos llega de todo. Algunas actuaciones, las menos, sí que las vehiculamos al 112, que es al que tendrían que haber llamado. Aunque no somos un teléfono 112, sí que notificamos a los Servicios Sociales o la Fiscalía la sospecha, ante esos casos. La Ley del menor lo que dice es que toda persona ciudadana está en la obligación de notificar cualquier sospecha de un menor en riesgo.
A raíz del caso de las gemelas de Sallent (Cataluña), que saltaron de un tercer piso, ¿Zeuk Esan ha recibido más llamadas de personas que se puedan encontrar en esa situación límite?
–Estamos todavía con la antena puesta, pero hasta el momento no hemos detectado que esas noticias hayan aumentado cierto tipo de llamadas y eso que estamos un poco en alerta al respecto, pero lo que hemos comentado en la reunión de equipo es que de momento no hemos notado un aumento.
“Hay menores que llaman varias veces, sin decir nada, para saber qué tipo de adulto hay al otro lado”
¿Puede contar algún caso de algún menor que haya llamado y tras ello, tenga un final feliz?
–A mí el que más me gusta es el de un chico que estuvo una temporada llamando y cuando estaba triste, deprimido, de una situación que se escapaba de su control, llamaba y le hacíamos contención, escucha... Era por una situación familiar y personal que estaba viviendo, un poco difícil, y resulta que años después, cuando empezamos con Instagram, nos localizó por ahí... Nos dijo que ya estaba trabajando, haciendo su vida independiente. Valorar esa atención fue muy emocionante para nosotros.
¿Detrás de un menor con problemas, hay un adulto que necesita ser orientado?
–No siempre. Sí que es cierto que dependiendo de la situación, por ejemplo dentro de las relaciones familiares, la mayor problemática suele ser por padres y madres que se están separando de una manera litigante. Son situaciones de duelo, como cuando fallece alguien y no se atreven a hablar de todo lo que se les pasa por la cabeza con el adulto porque ven que está sufriendo. Es normal que te duela cuando has perdido a alguien, pero háblalo, porque es tu madre y tu padre y están para ti.
“No hemos notado un aumento de llamadas tras el caso de las gemelas que saltaron por la ventana”
¿Son habituales las llamadas de padres para contar los problemas del menor?
–Sí porque a veces necesitamos una orientación. Depende del año, pero suponen un 40-45% de las llamadas de los adultos. Sí que la principal casuística es debido a la preocupación por el acoso escolar. Les ayudamos, sobre todo, a que tengan buena comunicación con el centro escolar. Que puedan tener una reunión con el profesorado, porque de ahí siempre puede salir algo positivo para el alumnado. En cuanto a las relaciones familiares, hay padres que llaman con un nivel de ansiedad muy alto porque creen que algo le está pasando a su hijo y luego es que simplemente es que está pasando una adolescencia. Hay veces que solo con recordarles cuando ellos pasaron la adolescencia, les ayuda a desdramatizar y a darse cuenta de que hay cosas que sí que son graves y otras más normales. A veces preocupan más lo que es de la parte evolutiva que lo que realmente es un problema: como no darse cuenta de que no es bueno que su hijo esté tan aislado, cuando piensan que qué bien, que no salga a esa edad.