Marta González Pescador es doctora en psicología, terapeuta familiar y de pareja acreditada, trabaja como psicóloga clínica en el servicio cántabro de salud y también es asesora externa de PsicoLan, el nuevo servicio de la Fundación San Prudencio que tiene como objetivo proteger y mejorar la salud emocional en el ámbito del trabajo. En esta entrevista ofrece las herramientas para lograr combatir el desánimo que sufren muchas personas durante las navidades. 

Marta González Pescador, especialista en psicología clínica y psicóloga en PsicoLan. DNA

¿Cómo podemos apoyar y respetar a la persona que sufre desánimo en Navidad?

Es importante escuchar a la persona que sufre desánimo, que no se sienta solo, facilitar que exprese sus emociones y que sepa que estamos ahí para ayudarla. Hay que acompañar siempre y que sepa que es normal que en esta época pueda producirse más nostalgia y, por lo tanto, acentuarse su sintomatología. Nunca se recomienda, además de que no es nada útil, darle mensajes como no te sientas mal, anímate o mensajes similares. Cuando una persona se siente mal, es muy difícil que pueda sentirse bien en un instante, por mucho que se empeñen en ello. Por el contrario, intentar sentirse contento cuando uno está triste, no funciona, y puede agotar más el ya escaso ánimo.

¿Aumentan los casos de depresión o trastorno del ánimo en estas fiestas navideñas?

En principio, los trastornos del ánimo y de depresión no tienen por qué aumentar significativamente en estas fechas. Lo que sí puede ocurrir es que la sintomatología se acentúe en algunas personas en relación con el espíritu festivo que no están en condiciones de sentir alegría ni de celebrar. Además, también puede ocurrir que la nostalgia de la navidad remueva emociones desagradables, en lugar de alegría y eso no es patológico, es normal. En estos casos normalizarlo ayuda a afrontarlo y a aceptarlo. Igualmente, en las personas que sí tienen un diagnóstico de trastorno del ánimo podría intensificarse su sintomatología. En estos casos, lo que puede ser útil es facilitar que diferencien entre esforzarse los ratos y momentos que tengan buenos para poder disfrutar y estar más activos en la celebración de la fiesta, pero también respetar que en sus momentos y días malos puedan elegir aislarse y estar más retirados de esa celebración atendiendo al ritmo que su organismo necesite. Además, estimulamos el papel de la familia como equipo de apoyo, indirectamente directa o indirectamente…es muy importante ya que la relación que mantiene esa persona con la familia es de alta intensidad, es decir, una relación en la que el bienestar de cada uno depende del bienestar del otro. En psicolan estimulamos el papel y colaboración de la familia como equipo de apoyo para optimizar la recuperación y el bienestar de la persona en tratamiento.

¿Cómo detectarlo?

Cualquiera de estas sintomatologías básicamente se detecta observando a la persona y comprobando si hay cambios de comportamiento en los últimos días o en las últimas semanas. Si la persona no consigue mantener sus hábitos básicos, si pierde su ritmo de sueño, su patrón de horario de comidas, deja de hacer actividades de ejercicio físico que solía hacer, o se observa que tiene una sensación de cansancio, o si, simplemente, expresa su desánimo, puede dar pie a preguntar a la persona y a conocer cómo está para poder ayudarla.

¿Cómo trabajan desde PsicoLan para ayudar a mitigar esta tristeza y afrontarla para recuperar el bienestar emocional?

Desde la primera valoración en PsicoLan se escucha a la persona que sufre para que sienta que es escuchada sin juicio y que es apoyada. Aclaramos con esa persona qué necesita y cómo quiere que actuemos, qué cosas le ayudan y qué cosas quiere que su entorno haga y qué cosas no. En ese acompañamiento es fundamental que se refuerce cualquier cambio que esta persona esté consiguiendo hacer para encontrarse mejor, aunque sea mínimo. Asimismo, es fundamental tratarle como a una persona adulta sin infantilizarla ni verla como una persona sin capacidad de actuación ni de decisión propia. Hay que tratarla con normalidad y como una persona capaz de recuperar su bienestar.

¿Cuáles son las herramientas que ofrecen los pacientes?

En PsicoLan trabajamos con herramientas sencillas, y lo más sencillo es identificar con cada persona qué es lo que está haciendo para sentirse mejor, para animar a que lo haga más. Hay que reforzar cualquier aspecto de la persona que esté siendo útil, identificar las diferencias entre unos días y otros para lograr entender que todos los días no son buenos y que es lo que mejor funciona. ¿Cuáles son las diferencias entre los días malos y buenos? Detectarlo y trabajar en ello es fundamental. Entender esto es fundamental: es importante que nos esforcemos solo en los mejores días, pero no en los peores momentos. Esforzarse en un día bueno es algo útil porque recarga energía y estimulo por lo que aumenta el ánimo. Sin embargo, forzarse en un rato malo descarga la energía y agranda el desánimo. Todos sabemos la norma número 1 cuando estás en un agujero y quieres salir: dejar de cavar. Por último, también es importante explorar con la persona y revisar cómo está haciendo sus autocuidados; mejorar el sueño y descanso nocturno, su patrón de comidas, el ejercicio físico, sus relaciones sociales e, incluso si hiciera falta, sus relaciones sexuales. Intentamos mejorar y ayudar al paciente con pequeños cambios en todos los ámbitos de su salud.

¿Trabajan actualmente con muchas personas por este problema?

Las personas que son atendidas en PsicoLan son población trabajadora y la casuística que observamos es la misma que en población general: ansiedad, depresión, estrés por sobrecarga en relación al entorno laboral o con lo personal y familiar como crisis vitales por duelo o divorcio.