“En esta empresa siempre estamos empezando, estamos con la misma ilusión y la misma idea de empresa que cuando empezamos. Entonces éramos 4 o 5 personas y ahora somos 28, pero la forma de hacer las cosas la hemos cambiado poco; nuevas tecnologías, pero ilusión, la misma”. Habla Francisco Fernández de Alaiza, uno de los tres socios detrás de Electro Alavesa, que el pasado 10 de noviembre cumplió 40 años y lo hizo además como empresa decana homologada de su sector en Euskadi.

Un poco de historia

De la electrónica industrial a la seguridad

Cuatro décadas desde que esta empresa echó a andar en un local en Portal de Villarreal de apenas 60 metros cuadrados que servía como almacén, oficina, taller... Pero el germen de la empresa hay que buscarlo en un taller nacido a finales de los 70, Cofergaza, dedicado a la electrónica industrial. “Hacíamos reguladores de velocidad, contadores digitales para ascensores, algo de control numérico, empezábamos a jugar con microprocesadores…”, rememora Fernández de Alaiza. En 1979, comenzaron con algún sistema de alarma. Y esa es la actividad que hereda Electro Alavesa en 1982, a la que se incorpora Roberto García, segundo de los tres socios de la firma, apenas un mes después de su fundación.

Un punto de inflexión para Electro Alavesa llega en 1987, con la llegada del que luego será el tercero de los actuales tres socios de Electro Alavesa, Jesús Pérez, que lleva a la empresa a instalar sistemas de seguridad en muchos locales de hostelería de la calle Cuchillería de Gasteiz.

Una época en la que, explica Fernández de Alaiza, empieza a ser ya más generalizado el interés por la seguridad, pasando de banca, joyerías, armerías y fábricas de explosivos, fundamentalmente, a locales comerciales y, también, a la industria. El negocio de la electrónica ocupa ya a un segundo plano en favor de los sistemas de seguridad.

En los 90, el negocio da un nuevo giro, entrando con fuerza también en la industria. “Nosotros íbamos creciendo en función de lo que íbamos controlando, aventuras no –afirma contundente Fernández de Alaiza–. Cuando sabemos que a nuestro cliente le podemos dar lo mejor que da un producto, entonces lo sacamos a la calle”. “Ya por 1994 empezamos a montar algunas cámaras, aunque la eclosión más fuerte fue del año 2000 en adelante. A partir de ahí empezamos ya a hacer cada vez más tema industrial”, continúa.

Una evolución de la actividad que relata también la directora de estrategia de Electro Alavesa, Leire Fernández de Alaiza, que se incorpora a la empresa en 2006: “Las cámaras las empezamos a utilizar no solo para diseñar proyectos relacionados con la seguridad, sino con la producción, con la gestión de procesos en las empresas…”.

En 2020, Electro Alavesa suma a su oferta el control de accesos. “En la actualidad estamos muy centrados en la protección de instalaciones críticas. Seguimos atendiendo por supuesto a nuestro cliente pequeño, que es el que nos hizo crecer, pero estamos dirigidos más al control de accesos, en sistemas muy integrados de seguridad”, añade Francisco Fernández de Alaiza.

“Una empresa de sistemas”

El camino de las soluciones para la industria

Esa evolución es la que lleva a la actual Electro Alavesa, con cuatro líneas de negocio, explica Roberto García: la intrusión, la detección y extinción de incendios, el control de accesos y el circuito cerrado de televisión, siendo estos dos últimos los dos pilares con más peso actualmente. “Están creciendo tecnológicamente y yo creo que ahí es donde vamos a seguir desarrollándonos”.

“Electro Alavesa ya no es una empresa alarmista, es una empresa de sistemas”, resume Francisco Fernández de Alaiza. Los sistemas integrados de seguridad, con soluciones para la industria que van desde el control de procesos industriales o la detección de piezas defectuosas, a la prevención de riesgos laborales, centran hoy la principal parte de su actividad.

En control de accesos y circuito cerrado de televisión “el mercado es infinito ahora mismo, hay mucho que hacer ahí –comparte Leire Fernández de Alaiza–. Yo creo que tenemos que seguir cuidando y fidelizando al cliente que ya tenemos y crecer en esas dos líneas”.

Roberto García tampoco duda: “El tema de las cámaras es nuestro presente y el futuro va por ahí. Y hay un punto muy importante que es la Inteligencia Artificial. Ya tenemos cámaras que llevan asociado software y son capaces de tomar decisiones de cara a determinar si eso que ve es un intruso o no, por ejemplo, o si en un museo alguien mueve un cuadro”.

Valores

Rigor, “el servicio es nuestra bandera”

Una pregunta inevitable es cuál es la receta para que una empresa llegue a cumplir 40 años con éxito. “Hay factores fundamentales para que una empresa tenga una trayectoria tan larga y el primero es que los objetivos de los socios deben ser los mismos. Sobre todo son los valores los que nos han traído hasta aquí”, afirma García. Y lo explica gráficamente: “ El objetivo desde el principio no era hacer una empresa que durase muchos años o que ganase mucho dinero, el objetivo era hacer las cosas bien, ser profesionales, ser rigurosos, estar comprometidos con nuestro trabajo y con nuestros clientes y eso nos ha ayudado a crecer y llegar donde estamos”.

“Nunca hemos ido a competir en precios, ni siquiera en tiempos complicados –continúa Francisco Fernández de Alaiza–. Hay que tratar de seguir tus precios y tu línea, porque cambias tus precios, tu línea y tu mentalidad y tienes que cambiar tu producto”. “El servicio es nuestra bandera –añade Roberto García–. Si montas cosas buenas es difícil que te den problemas”.

Compromiso

“Somos lo que somos porque creemos en lo que somos”

En ese sentido, Electro Alavesa presume de haber sorteado la crisis de 2008 incluso con crecimientos. ¿Y la pandemia? “La hemos afrontado como las demás crisis, como una oportunidad para evolucionar. Hay que reconocer que tenemos un colchón muy importante que no todas las empresas tienen, que son los mantenimientos. Éramos servicio esencial. Hemos aprovechado para evolucionar, tuvimos más tiempo para pensar”, explica Roberto García.

Casi como una metáfora, el inicio de la pandemia pilló a Electro Alavesa justo iniciando la reforma de sus instalaciones de la calle Agirrelanda, que se prolongó hasta octubre de 2020.

“Somos lo que somos porque creemos en lo que somos”, insiste Fernández de Alaiza. Algo que queda evidenciado también en la vertiente de compromiso social de la empresa, que ha cristalizado, como explica Leire Fernández de Alaiza, en un proyecto de RSC propio que tiene en el apoyo al deporte base y amateur del territorio alavés uno de sus principales ejes.

Además, trabajan con Euskalit en materia de gestión avanzada. “El tipo de trabajo que estamos haciendo y el perfil de plantilla, sobre todo técnica, que tenemos les deja ser muy creativos en lo que hacen y eso es importante”, añade, para insistir en agradecer a plantilla y clientes su apoyo en estos cuatro años.

“Somos una empresa con carácter, aquí somos gente con carácter, Electro Alavesa es carácter”, concluye Francisco Fernández de Alaiza.