La Mina Lucía, primer emblema visible de lo que se pretende hacer con los paisajes mineros de Montaña Alavesa para poner en valor unos recursos y una historia de la que se ha alimentado la vida y cultura de la comarca, fue visitada oficialmente este lunes por el diputado general de Álava, Ramiro González junto al diputado foral de Medio Ambiente, Josean Galera y el alcalde de Arraia-Maeztu y presidente de la Cuadrilla de Montaña, Anartz Gorrotxategi.Aún queda mucha actividad para poder hacer accesible esas instalaciones con total seguridad para los visitantes y por esa razón la previsión es que la adecuación no esté terminada hasta el verano del año que viene, en 2023, pero el esfuerzo en todos los sentidos que se realiza merecerá la pena porque su futuro uso público y ecoturístico obedece a la puesta en valor de las labores subterráneas del espacio como recurso cultural y natural ligado a la minería de asfalto en el entorno de Maeztu.

En el transcurso de la visita el diputado general, Ramiro González, destacaba "la relevancia de esta intervención, porque va a ayudar a mantener no solo la memoria histórica de la comarca si no también va a consolidarse como un activo más, un generador de recursos económicos para toda la Montaña Alavesa. Es fundamental divulgar nuestro patrimonio naturalístico, geológico e industrial que debemos preservar siempre respetando el paisaje, el carácter y la estructura original, todo lo que es posible".

Consolidación

Para lograr esos objetivos, la realización de los trabajos en la Mina Lucía contemplan la puesta en seguridad, consolidación y refuerzo del espacio minero y su acondicionamiento interior para permitir su uso público, la adecuación de accesos con la recuperación de la antigua entrada a la mina, la acometida de servicios para dotar de iluminación al espacio subterráneo, así como la instalación del equipamiento informativo y didáctico-educativo necesario, junto con la restauración y mejora ambiental del entorno inmediato de la bocamina.

La obra que actualmente está en desarrollo consiste en la puesta en seguridad del interior de la mina mediante la técnica del entibado. Gracias a un trabajo manual y artesano se ha procedido a la construcción de un arco de madera en las galerías de acceso, de entrada y de salida.

El trabajo conjunto que realizan varias instituciones para la recuperación de los paisajes mineros de asfaltos naturales de Montaña Alavesa constituye una singularidad excepcional a nivel europeo, ya que no existen minas de asfalto similares a ésta.

En este sentido, Mina Lucía es uno de los espacios de mayor valor de esta antigua minería, que se emplaza en el parque natural de Izki, y cuya recuperación permite la restauración de estos espacios degradados para su difusión desde la perspectiva tanto del turismo industrial como de naturaleza.

Niveles asfálticos

Presenta, por una parte, la peculiaridad de contener elevados niveles asfálticos, que ofrecen una excepcional visión del este mineral líquido, confiriéndole una potencialidad ineludible para el uso didáctico-divulgativo, así como turístico-recreativo.

Por otro lado, destaca la huella emocional, el acervo cultural como una sólida impronta, que ha calado en la memoria popular y cuyos aspectos configuran el patrimonio identitario que generan valor para la comunidad local. Para ello se han recuperado para ser compartidos, documentos, objetos antiguos relacionados con la actividad minera y testimonios a través de un proceso participativo y de colaboración con vecinos y vecinas de la comarca, que serán un importante material didáctico para futuros proyectos de recopilación de la memoria histórica del entorno.

Y ello gracias al convenio de colaboración firmado entre la Diputación Foral de Álava y el Gobierno Vasco permite financiar conjuntamente los trabajos de restauración ambiental y la puesta en valor de esta zona de Montaña Alavesa, donde de momento se prevé una inversión de 669.951,73 euros.

La Mina Lucía comenzó a explotarse en 1872 mediante el método tradicional de la mina preindustiral, el clásico de cámaras y pilares. La obtención de asfaltos naturales entre mediados del siglo XIX y principios del XX fue una de las mayores riquezas del subsuelo alavés, situando a la industria extractiva alavesa a la cabeza del estado, e incluso de Europa, para este tipo de materia prima. Esta, el asfalto, ha impregnado masas de rocas calizas, denominadas como calizas bituminosas, en diferentes lugares de la comarca de la Montaña Alavesa, dejando una enorme riqueza que fue explotada durante décadas.