- El facultativo advierte de que "no es el momento de quitarle hierro a nada que sea transmisible".
¿Cómo han sido estos dos años de pandemia para su colectivo?
-Hemos soportado mucho. Hemos podido salir adelante en una situación de gran tensión gracias a la voluntad inmarcesible y de resistencia que han tenido todos los profesionales. Hemos caído enfermos porcentajes muy significativos de la plantilla, también de gravedad y con secuelas graves por la exposición al covid. Y la enfermedad profesional sigue sin reconocerse a día de hoy. Hemos hecho una labor encomiable en una situación precaria. Todo esto exigiría replantear por qué nos tenemos que mantener siempre con plantillas al mínimo. Igual tenemos que ir a plantillas al máximo para que, cuando pasen estas cosas, tengamos hechura suficiente para poder hacerles frente. Esta sería la reflexión principal.
¿Cuál ha sido, a nivel más personal, el peor momento?
-Es una pregunta difícil. La experiencia de cada cual es muy distinta. Pero la falta de información y de previsión del principio la leímos con desesperación la plantilla de Urgencias. La primera intención de las direcciones fue intentar evitar la alarma social. Se improvisó y costó mucho tener un plan de actuación garantista para la población y la plantilla. Lo más difícil fue ver que todos los pacientes venían en situación crítica o semicrítica y que los recursos seguían siendo limitados.
El tema de la semana. ¿Es partidario de haber eliminado ya la mascarilla en los interiores?
-A mí me parece un arbitrio, como ha habido tantos. El intento es de gripalizar el covid. La incidencia en el Estado español está en 250 casos, pero esa tasa es absolutamente irreal porque no se hacen pruebas suficientes. Se ha buscado que las estadísticas se ajusten a la expectativa que se ha diseñado. Algunos sabemos lo que ha pasado cada vez que se ha intentado esto a lo largo de la pandemia, querer normalizarlo todo antes de tiempo. Y sabemos lo que va a pasar. Volviendo a la pregunta, tenemos que normalizar el derecho a usar mascarilla.
El temor a volver a dar un paso atrás entonces está ahí.
-Sí. Yo ya dije en su día que las medidas se tienen que mantener mucho más allá del momento en que consideres que el problema está terminado. Es la única forma de ser garantista. Si crees tener la certeza de que esto ha terminado y dejas de tener medidas de protección dos años después, mejor. No es el momento de quitarle hierro a nada que sea transmisible.
¿Y cuál es la situación a día de hoy?
-Parece que esto tiene que haber pasado, pero muchos no estamos de acuerdo. Sigue habiendo pacientes covid, hay pacientes con gripe A en abril, cosa que no hemos visto nunca, y hay patología emergente en muchos aspectos.