l tiovivo recientemente trasladado desde el centro de Vitoria a la plaza de la Constitución le está costando arrancar. Avanza todavía al ralentí, principalmente los fines de semana, tratando de amoldarse a una zona sin el trajín de vecinos que sí tiene el entorno de El Corte Inglés y donde además predomina la gente mayor.
Ayer domingo a la hora del vermú, en una mañana fresca aunque agradable en Gasteiz para ser todavía invierno, el emblemático carrusel gestionado por la empresa Ondarribi sí tomó algo de velocidad gracias al goteo de familias y niños que se acercaron a la atracción.
Es indudable que el tiovivo ha animado este diáfano rincón del barrio de El Pilar donde acostumbran a reunirse en sus bancos muchas personas mayores, pero no lo es menos que la atracción espera todavía que vengan tiempos mucho mejores, como los que tuvo durante tantos años en el corazón de la ciudad.
"El fin de semana, cuando tienes buen tiempo, sube un poquito (la afluencia). Pero no como en El Corte Inglés, que era muy buen sitio. Allí la gente iba, paseaba, compraba churros, se montaba y marchaba a casa", rememora Shota, que trabaja en esta atracción desde hace casi diez años.
"Faltan niños"
Este empleado remarca que en el entorno de la plaza de la Constitución "vive mucha gente mayor" y que han sido "muchos" los padres y madres a los que conoce desde la etapa anterior que le han dicho que el tiovivo ahora "está muy lejos".
"Hay mucha tranquilidad y faltan niños", resume Shota, quien tampoco pasa por alto la escalada imparable de un precio de la luz que también está afectando de lleno al negocio, que ha subido el precio del ticket individual a 2,50 euros. "Sube todo, pero sigue sin haber niños", reconoce el trabajador, quien asegura también que los cuatro años de concesión municipal en este nuevo espacio "es mucho tiempo".
El cambio de ubicación del carrusel, decretado por el gobierno local, respondió a su intención de liberar de elementos una plaza anexa a El Corte Inglés que en su opinión se encontraba sobresaturada.
Además del tiovivo, la churrería también gestionada por Ondarribi abandonó igualmente esa céntrica ubicación para trasladarse, en este caso, a la plaza Lehendakari Leizaola, frente al centro de salud de Olaguíbel.
Opiniones encontradas
El traslado del tiovivo ha generado opiniones encontradas, incluso entre los vecinos del entorno de El Pilar que ahora tienen la atracción mucho más cerca. Maider, vecina de Txagorritxu, reconoce por ejemplo que esta nueva ubicación es "un poco extraña", al tratarse de una zona más frecuentada por mayores.
"En El Corte Inglés, que ya solíamos ir, había muchos más niños. Al final al centro vas a cualquier cosa. Está la Plaza de Abastos, puedes aparcar ahí... es otra historia. Le ha perjudicado muchísimo (al negocio)", reflexiona esta residente, quien cree que si la plaza anexa al centro comercial sigue vacía "estaría bien que el tiovivo volviera allí". "Creo que aquí no va a acabar tirando, sinceramente", vaticina pesimista.
Mucho más favorable al traslado se muestra Miguel Castaño, vecino de El Pilar, quien siendo además abuelo "agradece" la cercanía de la atracción. "Es verdad que no hay mucha gente, pero me imagino que a medida que haga mejor tiempo subirá el tema un poquito", augura.
A juicio de este residente, la llegada del carrusel ha traído "alegría" a un barrio tan envejecido como este. "A mí hasta me dan ganas de subirme", bromea.
El trabajador del tiovivo no pone paños calientes al, por ahora, difícil traslado de la atracción.
Esta vecina de Txagorritxu califica de "extraña" la reubicación.
Vecino de El Pilar y abuelo, "agradece" la cercanía del carrusel.
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Años permanecerá el tiovivo en esta nueva ubicación fruto de la última concesión municipal.