a asociación cultural de arte popular vasco Indarra estrenó en 2019 su espectáculo Kimuak, Iñausi eta berriak hazi para festejar sus 40 años celebrando el Carnaval en Vitoria. Después llegó la pandemia sanitaria y lo paralizó todo, también los carnavales. Este año, sus integrantes salen de nuevo a la calle al grito de Gora inauteriak! para revivir el Carnaval rural de los pueblos alaveses, que da cuenta del final del invierno y la entrada de la primavera. "Este año salimos, sí, por fin", suspira Iñigo Arce, responsable del colectivo. "Está todo preparado y podemos celebrar el Carnaval", respira.

Cada edición carnavalera, Indarra presenta un espectáculo de música y danza con una vida máxima de tres años, aunque cada temporada lo cambia, modifica y actualiza para que no sea tan repetitivo. En esta ocasión, toca concluir con la puesta en escena de Kimuak (brotes) basada en el carnaval rural alavés en la que participan 65 dantzaris y 15 músicos. Será hoy a las ocho de la tarde en el kiosko del parque de La Florida en lugar de en la Plaza Nueva debido al aún persistente virus.

Álava tiene Carnaval propio

La razón de abordar las tradiciones del Carnaval rural alavés es, en primer lugar, explicar en Vitoria, en la capital, que Álava tiene Carnaval propio y con mucha tradición y, en segundo lugar, acercar a Gasteiz el ancestral Carnaval, bajo un formato de folklore y dantza. "Y si Vitoria fuera un pueblo, ¿cómo sería su Carnaval? Es la respuesta que Indarra quiere trasladar al público gasteiztarra.

Con danzas, música de txistus, gaitas y fanfarre, y personas ataviadas con trajes cuyo diseño emula a los personajes del Carnaval rural alavés, de esta forma acercarán a Vitoria la alegría y el desparpajo del Carnaval los integrantes del colectivo Indarra, aquel grupo pionero que en los años 80 fue precursor del concepto del Carnaval moderno y de la salida de las comparsas.

"Indarra tomó la idea de los carnavales de Tolosa, que son los que, fundamentalmente, han sido capaces de mantener viva la costumbre, incluso durante la dictadura; adoptó la idea para Vitoria y el grupo alentó los desfiles de comparsas y disfraces por las calles; más adelante, hace unos años, propuso representar un espectáculo de danza los viernes de Carnaval", explica Arce.

La puesta en escena de Kimuak, Iñausi eta berriak hazi se articula en torno a tres escenas. Al inicio, presenta el acto "nuestro chivo expiatorio, nuestro hombre de paja o nuestro Markitos, como se le denomina a lo largo y ancho de la geografía alavesa, un personaje al que hemos bautizado como Trionterón, que es quien asume las culpas de todo, el responsable de todos nuestros males, que acaba quemado en el fuego o ahorcado, como en nuestra representación", indica el responsable del grupo Indarra.

El hombre de paja

"Este hombre de paja entra en escena aludiendo a lo bien que se lo ha pasado todo este tiempo sin Carnaval, con todos los males que nos han sucedido en Vitoria: qué bien, qué bien, qué bien...", se congratula. "En el pregón le vamos a echar las culpas de todas las cosas malas que nos han sucedido en Gasteiz y que, evidentemente, no puedo desvelar porque ésa es precisamente la sorpresa preparada para el público", adelanta el responsable de la asociación cultural.

El Carnaval rural pasa primero por una fase de caos. "Es la etapa en la que todos nos disfrazamos, las personas de animales, los animales de personas, los hombres de mujeres y las mujeres de hombres; esa especie de desbarajuste que vemos en localidades como Ilarduia o Campezo; la parte del caos que nos llega cuando se acaba el invierno y comienza la primavera, cuando todo está un poco del revés", describe Iñigo Arce.

Porreros y porreteros

Después llega la parte del espectáculo que hace referencia al engaño, a la travesura propia del Carnaval, a esos personajes llamados porreros o porreteros que, en verdad, no hacen el mal, pero sí juguetean y trastean con él; "no te robo, pero te lo quito y te lo doy, y así todo el día", explica Iñigo Arce.

A la horca

A continuación, la tercera y última escena, la de la caza, cuando se atrapa al malo, se le lleva a juicio y se le sentencia a muerte tras imputarle y hacerle responsable de todos los males para, finalmente, colgarle de la horca. Es a partir de ahí cuando empieza la fiesta, el jolgorio, la llamada a la primavera. Comienza el Carnaval...

Y "a disfrutar, que ya es casi, casi una necesidad, así que todo el mundo debe venir a vernos porque vamos a quemar todo lo malo que hemos sufrido, que nos hace mucha falta", llama Iñigo Arce. "Los alaveses también tenemos un Carnaval propio y hay que celebrarlo", reivindican los ciento y pico integrantes de Indarra y las cerca de ochenta personas que mueven este espectáculo que, este año, pretende acercar a los gasteiztarras al carnaval rural de los pueblos alaveses.

desfiles de comparsas

La propuesta de Indarra abre un fin de semana festivo, que continúa sábado y domingo con los desfiles de comparsas. "Además del espectáculo del viernes, solíamos acudir a recibir a los pintores de Vitoria a la estación de Dato y animar su llegada con música por esta calle, pero este año no van a llegar", sostiene Arce.

Quienes sí abarrotarán las calles de Gasteiz son los 4.734 integrantes de las 23 comparsas que van a desfilar por Gasteiz en un modificado recorrido que partirá de la calle José Mardones, esquina con la avenida de Santiago, para continuar por dicha vía hasta la calle Logroño, y de ahí a Los Herrán, Reyes Católicos, Simón de Anda y Basoa para finalizar en la plaza de la Constitución. Lo harán el sábado a las seis de la tarde y el domingo a las doce del mediodía.

El chivo expiatorio

Carnaval rural

La puesta en escena de la asociación Indarra acercará el Carnaval alavés a Vitoria hoy a las ocho de la tarde en el kiosko de La Florida. Allí desvelarán y quemarán todos los males ocurridos en la ciudad ahorcando a su responsable.