El profesor Rafael Cascón Porres es uno de los artífices del informe MoMo (Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria) del Instituto Carlos III, un estudio de un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid.

Ustedes han hallado un exceso de mortalidad por encima incluso de los fallecimientos directamente atribuibles al coronavirus.

-Constatamos que había un exceso de mortalidad mucho mayor que la muertes contabilizadas por covid. Eso se había producido en verano de 2021, pero también en octubre, noviembre... épocas en las que tradicionalmente la mortalidad era bastante estable. En enero y febrero varía más como consecuencia, sobre todo, de la gripe y otras enfermedades estacionales. Pero en julio, agosto, noviembre, las muertes eran más o menos constantes. Por eso, ese exceso de mortalidad resultaba significativo. De hecho, coincidiendo con la quinta ola llamaba la atención que el exceso de mortalidad en verano era el doble que los fallecimientos notificados por covid. En noviembre también se disparó la mortalidad. Y es curioso que nadie analizara las causas.

¿De verdad que no se ha estudiado a qué se debe este fenómeno?

-No, no se ha hecho. Al principio creíamos que al coincidir con la ola, de alguna forma podía estar relacionado. Pero era solo una hipótesis. La hipótesis de que quizá el covid había agravado otras enfermedades.

¿Puede deberse a que muchos tumores han estado infra diagnóstico o directamente no han sido detectados?

-Si hubiera sido eso, el exceso de mortalidad se hubiera producido de forma continua pero coincidía cuando había una nueva ola. Los cánceres sin diagnosticar no parecían la verdadera razón. Otra posibilidad que hemos barajado es que podría obedecer a la sobrecarga hospitalaria. Es decir, que las UCI que estaban ocupadas en gran medida por pacientes covid, estaban liberadas de otras patologías porque se habían aplazado operaciones etc... Esa falta de utilización de los Cuidados Intensivos podría haber contribuido al exceso de mortalidad pero de nuevo es una hipótesis, sin ninguna certeza.

¿Es fruto entonces de un conjunto de factores?

-Sí, seguramente son varias razones. Pero lo cierto es que en verano del año pasado se multiplicaron los fallecimientos y en noviembre y diciembre fue aún más exagerado.

Este mes de enero también ha sido muy catastrófico.

-Ha sido malo a nivel general. Está por encima de la media esperada. Pero todavía es difícil analizar el exceso de mortalidad porque otros años se producen muchas muertes por gripe y este año con las medidas preventivas, la gripe, como el año pasado, prácticamente no existe.

Comparándonos con los europeos ¿cómo está la tasa de letalidad?

-La tasa de letalidad es muy parecida. El problema es cómo cuentas los muertos que tienes y los contagios que registras. Hay países como Dinamarca que tienen una letalidad baja porque hacen muchísimas pruebas o Reino Unido, que tiene muchas muertos pero hace más diagnósticos. En España se hacen menos pruebas en general, aunque en Euskadi se hagan más. Lo que sí llama la atención es que en España el exceso de mortalidad sobre todo en 2020 y 2021 es superior a los países de Europa occidental. Superior en la primera ola, pero también en la segunda y en la tercera. De hecho, el estudio EuroMoMo pone de manifiesto que España es la que mayor mortalidad tiene de Europa, respecto a su población, en el conjunto de la pandemia.

¿Tan mal?

-La verdad es que en esta última fase estamos un poco mejor pero si juntamos el exceso de mortalidad desde marzo de 2020 hasta ahora comparado con la población, en el acumulado, España está a la cabeza de Europa. Que puede ser debido al covid, evidentemente, y también a causas indirectas o a razones que se desconocen.