Vitoria goza, en líneas generales, de un “buen” estado de salud, aunque existen desigualdades “importantes” entre sus vecinos derivadas de factores como el nivel socioeconómico y el género.
Sin embargo, la pandemia ha supuesto para el conjunto de la ciudad un gran punto de inflexión en uno de los indicadores que siempre sirven para cuantifcar la buena o mala salud de una población.
Ese no es otro que la esperanza de vida, que debido al covid-19 ha retrocedido en la capital alavesa hasta niveles de 2010.
1,2 y 0,9 años menos
Si en el periodo 2017-2019 esta se situaba en el caso de los hombres en los 81,7 años y en el de las mujeres en los 87,8, superado lo peor de la crisis sanitaria la de los primeros está ahora en los 80,5 y la de las segundas, en los 86,9. Respectivamente, 1,2 y 0,9 años menos.
La crisis sanitaria ha tenido para Gasteiz incluso “un impacto mayor” que en el conjunto de la CAV y otras ciudades del entorno, según ha advertido este miércoles en el Ayuntamiento Unai Martín, del grupo de investigación OPIK -vinculado a la UPV/EHU-, durante la presentación de la primera fase del III Plan de Salud de la capital alavesa.
El investigador, con todo, ha mostrado su confianza en que el impacto de la pandemia sea “pasajero” y que la esperanza de vida recupere en la ciudad a lo largo de 2022 los valores de 2019 o incluso los supere.