Las comidas interculturales Bizilagunak, organizadas por la Diputación Foral de Álava y CEAR-Euskadi, vuelven a celebrarse. Será este domingo cuando cerca de seiscientas personas, vecinos de diferentes orígenes culturales, se reunirán para disfrutar de la gastronomía y derribar rumores racistas y xenófobos y en favor de una convivencia

intercultural.

Nueve son las localidades alavesas involucradas en esta acción junto a la capital Vitoria-Gasteiz. Así en Amurrio se ha organizado una comida popular en la plaza Juan Urrutia; en Llodio el grupo antirrumor preparará caldo que se repartirá en la Herriko Plaza; Artziniega ha optado por hacer encuentros más reducidos, mientras que en Santa Cruz de Campezo, Nanclares y Arraia-Maeztu realizarán las comidas el domingo 21.

En Agurain, no se podrá llevar a cabo el encuentro debido a las restricciones de actividades acordadas desde el Ayuntamiento, en relación con la alta incidencia de casos de covid que presenta el municipio.

Lucha contra los rumores

Bizilagunak forma parte de la expansión en Álava de la Estrategia Antirrumor como línea de acción prioritaria y necesaria de la Diputación Foral de Álava para la consecución de la convivencia y cohesión social del territorio.

Desde hace cinco años esta estrategia impulsada desde la institución foral junto a CEAR-Euskadi promueve combatir los rumores, prejuicios y estereotipos ligados a la población de origen/ascendencia que a menudo dificultan la convivencia.

La Diputación Foral de Álava apuesta por relanzar estos encuentros tras la suspensión el pasado año por motivo de la pandemia y lo hace bajo el lema Aurten Bai. Este año sí.

Según la directora de Igualdad y Derechos Humanos, Ainhoa Campo "es fundamental recuperar la necesidad de seguir creando puentes y dejar de lado los prejuicios. Estos encuentros son una manera de acercarnos a personas de culturas diversas. La apuesta de la Diputación es potenciar la convivencia entre diferentes culturas y procedencias".

Para Ainhoa Garagalza de CEAR-Euskadi Bizilagunak es una forma de abrir las puertas de algo muy íntimo, nuestros hogares. Estas comidas son, en ese sentido, un gesto colectivo, con el que las personas participantes abren las puertas de sus casas o txokos a la diversidad cultural y las cierran a los mensajes populistas que generan rechazo a las personas migrantes y refugiadas".