Vitoria sigue con el grifo de la empatía abierto llenando el vaso de solidaridad. Desde la asociación Zaporeak compuesta por alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos llevan años ayudando en la alimentación de las personas más vulnerables de la Isla de Lesbos y a este goteo de apoyo ha querido dar un empujón el Gobierno Vasco. Esta semana, a propuesta de la dirección de Migración y Asilo del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales se ha aprobado en su Consejo de Gobierno una subvención directa de 200.000 euros para el reparto de alimentos que realiza la asociación Zaporeak Solidarios Garapenerako Elkartea en el nuevo campo de refugiados de la isla griega de Lesbos. Desde la asociación han mostrado su felicidad y aseguran a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la importancia de seguir trabajando en este campo de refugiados. "A parte de gastos en comida, estas subvenciones nos ayudan a cubrir los gastos de infraestructura como luz, alquileres, nóminas de los cocineros y panaderos migrantes en la cocina, transportes€", ha valorado Helena Ruiz de Azua, técnica de comunicación de Zaporeak.
Según los últimos datos, el pasado año cerca de 10.000 migrantes y solicitantes de asilo alcanzaron el territorio europeo a través de las islas griegas; casi la mitad llegaron a Lesbos. En lo que va de año, más de 5.000 personas ya han accedido a través de Grecia, siendo Afganistán y Somalia las principales nacionalidades de origen. Además, la situación en Lesbos es crítica debido a las consecuencias derivadas de la pandemia y los retrasos en la tramitación de las solicitudes de protección internacional. Pero, a esto, hay que añadirle "la destrucción del campo para refugiados de Moria a causa de un incendio", según informa el Gobierno Vasco. Tras el incendio, el Gobierno Griego y Acnur construyeron un nuevo campo junto al mar denominado Kara Tepe II, que ya ha superado el número de personas para las que estaba preparado.
"Ante esta situación de emergencia, Zaporeak Solidarios Garapenerako Elkartea ha solicitado ayuda para ofrecer apoyo alimentario a personas refugiadas que residen en Kara Tepe y presentar un alto índice de vulnerabilidad, como mujeres embarazadas, mujeres a cargo de lactantes y víctimas de violencia sexual. También proporciona comida a personas refugiadas que prestan servicios de voluntariado en otras ONG", explican. Esa petición de ayuda ha recibido la respuesta de una subvención de 200.000 euros para que sigan adelante con la misión de alimentar a cientos de personas al día.
"Actualmente estamos cocinando entre 1.200 y 1.300 raciones diarias. Cada comida está compuesta por un plato principal, un pan que se cocina en la panadería de Zaporeak -con dos trabajadores que son refugiados y la ayuda de los voluntarios- y una pieza de fruta", explica la técnica de comunicación de la asociación.
Desde la asociación tienen dos frentes abiertos. El principal es también el más conocido: trabajan en Lesbos tras haber creado allí una cocina para los refugiados más vulnerables. Esta cocina está compuesta por alaveses y euskaldunes, así como por personas refugiadas, alguno de ellos trabajadores y otros voluntarios. Allí es precisamente donde se sacan a diario las raciones de comida. "Lo bonito de esta parte del proyecto es que al estar compuesto por personas de distintas procedencias se crean vínculos entre vascos y personas desplazadas", explica. "Así cada uno es consciente de las distintas realidades que existen y se conciencian y sensibilizan un poco ante la situación de las migraciones forzadas, las duras políticas de fronteras, la falta de oportunidades de otros países€", añade. En segundo lugar, también está el trabajo que se realiza en la Comunidad Autónoma Vasca, donde anualmente se realizan diferentes campañas de sensibilización, recogida de alimentos o eventos, entre otros.Voluntarios
Es difícil ofrecer una cifra exacta del número de voluntarios que conforman la asociación. Sin embargo, Helena Ruiz de Azua estima que son cerca de 200 las personas voluntarias en Euskadi: "Es complicado, hay que tener en cuenta que llevamos trabajando con el proyecto para ayudar a la población refugiada desde el 2016. Y, desde entonces, han participado más de 1.000 personas de distintas formas. Pero, actualmente, se podría decir que contamos con unas 200 personas voluntarias por el País Vasco para echar una mano cuando se necesita, proponer nuevas actividades y algunos de ellos con disponibilidad también de ir a dar a trabajar en la cocina de Lesbos".