En cuestión de días, si las previsiones meteorológicas lo permiten, comenzará la recolección de remolacha en el ámbito de la central de Azucarera en Miranda de Ebro, que atiende a agricultores de territorios como Castilla y León, Álava, La Rioja y Navarra.

De momento, ya adelantan que las expectativas en cuanto a la calidad son “muy buenas”. Según explicaba a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Salomé Santos, la Directora de Agricultura de AB Azucarera Iberia (AB Sugar-ABF Group), “la remolacha de este año no ha tenido problemas de cercospora y se sembró en el momento adecuado, por lo que se espera que tenga buena calidad”.

A esa misma razón se debe que, en estos momentos, se esté procediendo a ultimar los detalles de cara a que se produzca la apertura de la sede de Azucarera en Miranda de Ebro, para comenzar a recibir los tubérculos que, en la campaña anterior, ascendieron a 199.000 toneladas procedentes de las 2.300 hectáreas de la región, de las que en Álava se destinaron en esa campaña del pasado año 2020 un total de 1.104,66 hectáreas, a las que hay que añadir unas 12 hectáreas más procedentes de Trebiño.

Para este presente año se calcula que los agricultores podrán llegar a percibir alrededor de 1.600 euros por hectárea, pudiendo alcanzar en algunos casos los 1.800, según las producciones que tengan.

Esa cantidad -recuerdan- es la suma de las cifras que reciben los agricultores. Por un lado, Azucarera abona 26 €/t más un complemento de 1,8 €/t a partir de un precio medio del azúcar de 400 € y hasta 2,25.

A esto se suma la denominada Ayuda Asociada que gestiona -en el caso del territorio alavés- el Gobierno Vasco, que ronda los 736 euros, lo que supone una cifra sustancialmente superior a la del año anterior, que fue de 610. Esa ayuda asociada es igual para todos los productores de siembra primaveral (Castilla y León, La Rioja, Navarra y Álava). Hay un importe destinado a ello, y que se divide entre el número de hectáreas; por eso, precisamente, el importe por hectárea va cambiando de año en año.

Por otra parte, también están las ayudas agroambientales, que gestiona la Diputación con aportaciones europeas. En este caso, la ayuda base es de 450 euros por hectárea, con compromisos voluntarios (siembra del mismo cultivo cada 4 años, uso de cargadora de remolacha, realizar una mayor superficie de enterrado en verde para fijar CO2), que añaden importes de hasta un máximo de 600 euros por hectárea. La gran mayoría se encuentra más cerca de 600.

Las cifras concretas de incremento en el territorio alavés son 100 euros en el caso de uso de cargadora; 150 euros por aumentar la rotación de 3 a 4 años y 50 euros por incrementar la superficie de enterrado en verde.

Por último, como ayudas mínimas, ayudas puntuales para el apoyo de sectores con dificultades, tanto el año pasado, como este han dispuesto de estas ayudas. El año pasado la ayuda fue de más de 100 euros por hectárea, y este año está previsto que sea hasta un máximo de 150 euros por hectárea.

Mientras los remolacheros se apresuran parea empezar a recoger el fruto del trabajo para poder percibir estas rentas por su labor, en Azucarera ya se ha comenzado a preparar la siguiente campaña.

El mercado, por tanto, evoluciona “bien” y las producciones están en sintonía con lo que planifica la empresa. Por ello, Salomé Santos no duda en señalar que el beneficio neto para la próxima campaña, con los incrementos que se barajan, rondaría los 2.000 euros por hectárea y podría llegar a los 2.500 en los mejores casos.