- El Ayuntamiento de Llodio está reconstruyendo y consolidando el muro de contención que se ubica en a la altura de los números 12 y 14 de Bidezarreta o Caminos Viejos del barrio de Areta, concretamente frente a las instalaciones de la empresa de ascensores Iza. El muro de hormigón, que sirve de coronación a la escollera existente para encauzar el río Nervión, se había desplazado y producido un hundimiento parcial tanto en la acera de la superficie como en los estratos inferiores.
Para estudiar la causa del problema, en julio se inspeccionó la estructura desde su arranque, se colocaron testigos para controlar el movimiento y se selló el encuentro entre el muro y el pavimento. La empresa Bermeosolo SA, adjudicataria de los trabajos, que cuentan con un presupuesto de 66.610,50 euros, ya ha instalado el conjunto de micropilotes y, actualmente, está construyendo la viga que unirá el citado sistema y que servirá para reducir la carga que soporta el muro de piedra, que ha ido pagando el paso y peso de los años.
Una vez hayan concluido los trabajos de construcción de la viga se procederá a ejecutar el asfaltado del carril bici y del pavimento peatonal, se colocarán las dos farolas que se asentaban en el citado espacio y se restablecerá la instalación de alumbrado.
De hecho, la deformación y desplazamiento del muro también había afectado a asuntos como el tendido eléctrico, por lo que la obra de reparación se prolongará durante dos meses durante los que permanecerá cerrada la calle. Y es que, bajo la superficie de la calzada pasan servicios como el gas, telefonía, fibra, cables de alta tensión y agua.
Con todo, esta vía ha permanecido cortada al tráfico desde junio de 2020, como medida de seguridad mientras se revisaba en profundidad el muro objeto de reforma, ya que “desde hace años, presentaba desperfectos cada vez mayores y más visibles que han obligado al Ayuntamiento a actuar de manera inmediata con el conocimiento de la agencia vasca del agua, URA”, según informó el concejal de Obras y Servicios, Joseba Amondo.
De esta forma, una vez comprobado que el movimiento del muro “únicamente ha afectado a su coronación de hormigón, mientras permanece estable el muro de piedra inferior, y que no se ha detectado ningún tipo de filtración en las instalaciones de saneamiento y abastecimiento, ni ninguna escorrentía procedente de la calzada”, se ha procedido a su subsanación. En concreto, la intervención dotará al muro de mayor resistencia, como base para recuperar el resto de elementos existentes en la zona (farolas, barandillas, instalaciones soterradas...) y poder retomar el uso de este espacio.