La polémica la ha avivado la consultora Wine Intelligence con un estudio que ha realizado sobre la posibilidad de que el vino termine enlatado, pero lo cierto es que esa posibilidad no es un proyecto remoto, sino una realidad en el Estado, aunque de momento su destino parece ceñirse al mercado de Estados Unidos.
De qué forma puede afectar al Rioja esta tendencia. De momento, en ninguna. El director general del Consejo Regulador, José Luis Lapuente, recuerda a este periódico que según el pliego de condiciones “los envases deben ser, como principio general, de vidrio. Además, se excluye la capacidad de un litro”. Sobre la posibilidad de asumir el cambio o de añadirlo a la normativa, Lapuente explica que “no es un tema objeto de debate en la actualidad ni que se haya contemplado en el desarrollo del último Plan Estratégico”.
La realidad indica que hay muchos bodegueros atentos a lo que demanda el mercado. Ahí está el bag in box, el vino en bolsa de aluminio y metido en una caja con un grifo, que en algunos países ha tenido recientemente una demanda al alza durante la pandemia. Hay muchas bodegas ubicadas en territorio de la Denominación que ya comercializan vino de esta manera. Y también es una realidad el hecho de que un público joven, especialmente en Estados Unidos, demanda vino en latas con 75 mililitros de capacidad.
Por eso ya hay bodegas estatales que ya han apostado por incluirlo en sus presentaciones. Son los casos de la firma catalana Zeena, que tiene vinos orgánicos, o de Viña Xétar tinto, un Vino de la Tierra manchego, que se caracteriza por ser de baja graduación alcohólica, entre otros. También se ha sumado a esa demanda una bodega valenciana, aunque en este caso, esta empresa, destacada por sus diseños y vinos innovadores, ha apostado porque el aluminio sea en forma de pequeña botella. Se trata del vino Sandara.
Para Wine Intelligence, hay poderosas razones para avanzar hacia el vino en lata. Por un lado, el reducido envase puede dejar más margen de beneficio para la bodega. Por otro, el estudio indica que el vino en lata es una forma de entrar en la tendencia de bajo contenido alcohólico. La creación de un producto vinícola en lata ofrece a los productores la oportunidad de salirse del clásico nivel de alcohol de 11-13% y el formato de la lata actúa como dispositivo diferenciador para evitar comparaciones negativas con el vino estándar.
Además, combinando una base de vino con otros mezcladores, se puede conseguir un producto con menos alcohol y calorías y ofrecer un producto que se distinga del vino estándar tanto en el formato como en el sabor. La decisión, como siempre la tomará el propio sector.